Goya

Francisco de Goya


 España | 1746-1828




1769 | 23 años
La Triple Generación
Óleo sobre lienzo.
Colección particular




1771 | 25 años
Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes
Óleo sobre lienzo.
Colección particular. Madrid
33 x 40.5 cm.



1771 | 25 años
Sacrificio a Pan
Óleo sobre lienzo.
Colección José Gudiol. Barcelona
33 x 24 cm.



1775 | 29 años
Caza con reclamo
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
112 × 179 cm.



1777 | 31 años
El quitasol
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
104 x 152 cm.



1784 | 38 años
La familia de Luis de Borbón
Óleo sobre lienzo.
Magnani-Rocca Foundation. Mamiano
248 x 330 cm.



1788 | 42 años
Carlos III de cazador
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
207 x 126 cm.



1788 | 42 años
Los duques de Osuna y sus hijos
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
225 x 171 cm.



1788 | 42 años
La pradera de San Isidro
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
42 x 90 cm.



1789 | 43 años
La gallina ciega
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
269 x 350 cm.



1792 | 46 años
El pelele
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
267 x 160 cm.



1793 | 47 años
La muerte del picador
Óleo sobre lámina metálica.
Colección Particular
43 x 31.9 cm.



1793 | 47 años
Cómicos ambulantes
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
43 x 32 cm.



1793 | 47 años
Un incendio
Óleo sobre hojalata.
Colección José Varez. San Sebastián
43 x 32 cm.



1794 | 48 años
Asalto de ladrones
Óleo sobre hojalata.
Colección Castro Serna. Madrid
42 × 31 cm.



1795 | 49 años
La maja desnuda
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
95 x 188 cm.



1798 | 52 años
Milagro de San Antonio de Padua
Fresco.
San Antonio de la Florida. Madrid
550 cm. de diámetro.



1798 | 52 años
El aquelarre
Óleo sobre lienzo.
Fundación Lázaro Galdiano. Madrid
44 × 31 cm.



1799 | 53 años
El sueño de la razón produce monstruos
Aguafuerte y aguatinta.
Museo del Prado. Madrid




1800 | 54 años
Ferdinand Guillemardet
Óleo obre lienzo.
Museo del Louvre. París
186 x 124 cm.



1800 | 54 años
Escena de canibalismo
Óleo sobre tabla.
Musée des Beaux-Arts. Besançon
31 x 45 cm.



1801 | 55 años
La familia de Carlos IV
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
280 x 336 cm.



1805 | 59 años
Isabel de Porcel
Óleo sobre lienzo.
National Gallery. Londres
82 x 54 cm.



1805 | 59 años
La maja vestida
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
95 x 188 cm.



1805 | 59 años
Caníbales con restos humanos
Óleo sobre lienzo.
Musée des Beaux-Arts. Besançon
31 × 45 cm.



1809 | 63 años
El Empecinado
Óleo sobre lienzo.
Real Academia de la Historia. Madrid
87 x 64 cm.



1812 | 66 años
El coloso
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
116 x 105 cm.



1812 | 66 años
Frutas, botellas y pan
Óleo sobre lienzo.
Museum Oskar Reinhart. Winterthur
45 × 62 cm.



1814 | 68 años
Los fusilamientos del 3 de mayo
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
268 x 347 cm.



1814 | 68 años
La lucha contra los mamelucos
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
268 x 347 cm.



1814 | 68 años
La fragua
Óleo sobre hojalata.
Colección Masaveu
31 x 40 cm.



1815 | 69 años
Casa de locos
Óleo sobre tabla.
Real Academia Bellas Artes de San Fernando. Madrid
46 × 73 cm.



1815 | 69 años
Autorretrato
Óleo sobre tabla.
Museo del Prado. Madrid
46 x 35 cm.



1815 | 69 años
Tampoco
Aguafuerte y buril.
Museo de Calcografía Nacional. Madrid
14.9 x 21.6 cm



1819 | 73 años
Hombres leyendo
Óleo al secco trasladado a lienzo.
Museo del Prado. Madrid
126 × 66 cm.



1819 | 73 años
Cristo en el Huerto de los Olivos
Óleo sobre tabla.
Museo de la Residencia Calasanz. Madrid
47 x 35 cm.



1819 | 73 años
Visión fantástica o Asmodea
Óleo sobre muro trasladado a lienzo.
Museo del Prado. Madrid
123 x 265 cm.



1820 | 74 años
Perro enterrado en la arena
Pintura mural pasada a lienzo.
Museo del Prado. Madrid
134 x 80 cm.



1823 | 77 años
Dos viejos comiendo sopa
Pintura mural pasada a lienzo.
Museo del Prado. Madrid
53 x 85 cm.



1823 | 77 años
Duelo a garrotazos
Óleo sobre revoco, trasladado a lienzo.
Museo del Prado. Madrid
123 x 266 cm.



1823 | 77 años
Saturno devorando un hijo
Pintura mural pasada a lienzo.
Museo del Prado. Madrid
146 x 83 cm.



1823 | 77 años
Modo de volar
Grabado.
Colección particular




1825 | 79 años
Diversión de España
Litografía.
Museo Provincial de Huesca
30 x 41 cm.



1827 | 81 años
La Lechera de Burdeos
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
74 x 68 cm.



Biografía:
    Pintor y grabador español considerado uno de los grandes maestros de la pintura de su país. Marcado por la obra de Velázquez, habría de influir, a su vez, en Edouard Manet, Pablo Picasso y gran parte de la pintura contemporánea. Formado en un ambiente artístico rococó, evolucionó a un estilo personal y creó obras que, como la famosa El 3 de mayo de 1808, los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío (1814, Museo del Prado, Madrid), siguen causando, hoy día, el mismo impacto que en el momento en que fueron realizadas. Goya nació en la pequeña localidad aragonesa de Fuendetodos (cerca de Zaragoza) el 30 de marzo de 1746. Su padre era pintor y dorador de retablos y su madre descendía de una familia de la pequeña nobleza de Aragón. Poco se sabe de su niñez. Asistió a las Escuelas Pías de Zaragoza y comenzó su formación artística a los 14 años, momento en el que entró como aprendiz en el taller de José Luzán, pintor local competente aunque poco conocido, donde Goya pasó cuatro años. En 1763 el joven artista viajó a Madrid, donde esperaba ganar un premio en la Academia de San Fernando (fundada en 1752). Aunque no consiguió el premio deseado, hizo amistad con otro artista aragonés, Francisco Bayeu, pintor de la corte que trabajaba en el estilo académico introducido en España por el pintor alemán Anton Raphael Mengs. Bayeu (con cuya hermana, Josefa, habría de casarse Goya más adelante) tuvo una enorme influencia en la formación temprana de Goya y a él se debe que participara en un encargo importante, los frescos de la iglesia de la Virgen del Pilar en Zaragoza (1771, 1780-1782), y que se instalara más tarde en la corte. En 1771 fue a Italia donde pasó aproximadamente un año. Su actividad durante esa época es relativamente desconocida, se sabe que pasó algunos meses en Roma y también que participó en un concurso de la Academia de Parma en el que logró una mención. A su vuelta a España, alrededor de 1773, se presentó a varios proyectos para la realización de frescos, entre ellos el de la Cartuja de Aula Dei, cerca de Zaragoza, en 1774, donde sus pinturas prefiguran las de sus mejores frescos realizados en la iglesia de San Antonio de la Florida en Madrid, en 1798, fecha en la que comenzó a hacer grabados partiendo de la obra de Velázquez que, junto con la de Rembrandt, sería fuente de inspiración durante toda su vida.

En 1789 Goya fue nombrado pintor de cámara por Carlos IV y en 1799 ascendió a primer pintor de cámara, decisión que le convirtió en el pintor oficial de Palacio. Goya disfrutó de una posición especial en la corte, hecho que determinó que el Museo del Prado de Madrid heredara una parte muy importante de sus obras, entre las que se incluyen los retratos oficiales y los cuadros de historia. Estos últimos se basan en su experiencia personal de la guerra y trascienden la representación patriótica y heroica para crear una salvaje denuncia de la crueldad humana. Los cartones para tapices que realizó a finales de la década de 1780 y comienzos de la de 1790 fueron muy apreciados por la visión fresca y amable que ofrecen de la vida cotidiana española. Con ellos revolucionó la industria del tapiz que, hasta ese momento, se había limitado a reproducir fielmente las escenas del pintor flamenco del siglo XVII David Teniers. Algunos de los retratos más hermosos que realizó de sus amigos, de personajes de la corte y de la nobleza datan de la década de 1780. Obras como Carlos III de cazador (1786-1788), Los duques de Osuna y sus hijos (1788) ambos en el Museo del Prado de Madrid, o el cuadro la Marquesa de Pontejos (c. 1786, Galería Nacional, Washington) demuestran que en esa época pintaba con un estilo elegante, que en cierto modo recuerda al de su contemporáneo inglés Thomas Gainsborough. Dos de sus cuadros más famosos, obras maestras del Prado, son, La maja desnuda (1800-1803) y La maja vestida (1800-1803). En el invierno de 1792, en una visita al sur de España, Goya contrajo una grave enfermedad que le dejó totalmente sordo y marcó un punto de inflexión en su expresión artística. Entre 1797 y 1799 dibujó y grabó al aguafuerte la primera de sus grandes series de grabados, Los caprichos, en los que, con profunda ironía, satiriza los defectos sociales y las supersticiones de la época. Series posteriores, como los Desastres de la guerra (1810) y los Disparates (1820-1823), presentan comentarios aún más cáusticos sobre los males y locuras de la humanidad.

Los horrores de la guerra dejaron una profunda huella en Goya, que contempló personalmente las batallas entre soldados franceses y ciudadanos españoles durante los años de la ocupación napoleónica. En 1814 realizó El dos de mayo de 1808, la lucha contra los mamelucos y El tres de mayo de 1808, los fusilamientos en la montaña de Príncipe Pío (ambos en el Museo del Prado). Estas pinturas reflejan el horror y dramatismo de las brutales masacres de grupos de españoles desarmados que luchaban en las calles de Madrid contra los soldados franceses. Ambas están pintadas, como muchas de las últimas obras de Goya, con pinceladas de grueso empaste de tonalidades oscuras y con puntos de amarillo y rojo brillante. Sencillez y honestidad directas también se aprecian en los retratos que pintó en la cúspide de su carrera, como Carlos IV con su familia (1800, Museo del Prado), donde se muestra a la familia real sin la idealización habitual. Las célebres Pinturas negras (c. 1820, Museo del Prado) reciben su nombre por su espantoso contenido y no tanto por su colorido y son las obras más sobresalientes de sus últimos años. Originalmente estaban pintadas al fresco en los muros de la casa que Goya poseía en las afueras de Madrid y fueron trasladadas a lienzo en 1873. Destacan, entre ellas, Saturno devorando a un hijo (c. 1821-1823), Aquelarre (escena sabática) (1821-1823). Predominan los tonos negros, marrones y grises y demuestran que su carácter era cada vez más sombrío. Posiblemente se agravó por la opresiva situación política de España por lo que tras la primera etapa absolutista del rey Fernando VII y el Trienio constitucional (1821-1823), decidió exiliarse a Francia en 1824. En Burdeos trabajó la técnica, entonces nueva, de la litografía, con la que realizó una serie de escenas taurinas, que se consideran entre las mejores litografías que se han hecho. Aunque hizo una breve visita a Madrid en 1826, murió dos años más tarde en el exilio, en Burdeos, el 16 de abril de 1828. Goya no dejó herederos artísticos inmediatos, pero su influencia fue muy fuerte en los grabados y en la pintura de mediados del siglo XIX y en el arte del siglo XX.  © M.E.



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