Tiziano

Tiziano


 Italia | 1477-1576




1510 | 33 años
Concierto campestre
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
110 × 138 cm.



1511 | 34 años
La Schiavona
Óleo sobre lienzo.
National Gallery. Londres
96 x 119 cm.



1512 | 35 años
Las tres edades del hombre
Óleo sobre lienzo.
National Gallery of Scotland. Edimburgo
90 x 151 cm.



1520 | 43 años
Venus Anadiómena
Óleo sobre lienzo.
National Gallery of Scotland. Edimburgo
75.8 × 57.6 cm.



1523 | 46 años
El hombre del guante
Óleo sobre lienzo.
Museo del Louvre. París
100 x 89 cm.



1524 | 47 años
Baco y Ariadna
Óleo sobre lienzo.
National Gallery. Londres
175 x 190 cm.



1539 | 62 años
Venus de Urbino
Óleo sobre lienzo.
Galería de los Uffizi. Florencia
119 x 165 cm.



1548 | 71 años
Carlos V en Muhlberg
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
332 x 279 cm.



1562 | 85 años
El rapto de Europa
Óleo sobre lienzo.
Isabella Stewart Gardner Museum. Boston
185 x 205 cm.



1570 | 93 años
San Sebastián
Óleo sobre lienzo.
Hermitage. San Petersburgo
210 x 115 cm.



1575 | 98 años
La Religión socorrida por España
Óleo sobre lienzo.
Museo del Prado. Madrid
168 x 168 cm.



1576 | 99 años
Piedad
Óleo sobre lienzo.
Galeria de la Academia. Venecia
352 x 349 cm.



Biografía:
    Figura principal de la escuela veneciana del siglo XVI y configurador de su tradición colorística y pictórica. Tiziano, cuyo nombre completo era Tiziano Vecellio, nació en Pieve di Cadore, al norte de Venecia, en 1477, aunque algunos especialistas fechan su nacimiento diez años después, en 1487. En Venecia, fue condiscípulo de Giorgione en el taller de los Bellini. Giovanni Bellini dejó una destacada impronta en su obra. Las obras juveniles de Tiziano se confunden a veces con las del pintor veneciano Giorgione, creando problemas a los especialistas. La primera referencia documental que poseemos de Tiziano data de 1508, a raíz del encargo de los frescos para el exterior del Fondaco dei Tedeschi (Lonja de los alemanes), en colaboración con Giorgione. Por desgracia, los frescos nos han llegado sólo de modo fragmentario. Los especialistas disienten sobre las obras de principios del siglo XVI que deben adscribirse a Tiziano. Entre estas primeras obras deben citarse la Natividad Allendale (National Gallery, ciudad de Washington), todavía atribuida a Giorgione por muchos autores, y El concierto campestre (hacia 1510, Museo del Louvre, París), atribuida por lo general a Giorgione, aunque hoy se piensa que es obra de Tiziano o una obra de colaboración entre ambos. Del mismo modo, los estudiosos del tema muestran unanimidad a la hora de atribuir a Tiziano la Virgen gitana (hacia 1510, Kunsthistorisches Museum, Viena). Esta pintura es una adaptación de una composición de Giovanni Bellini, pero la Virgen presenta aquí un tipo más realista y los colores y texturas tienen una calidad que preludia la obra posterior de Tiziano. En Padua, Tiziano realiza en 1511 los frescos de los Milagros de san Antonio para la Scuola del Santo. Estas narraciones demuestran su capacidad para dotar a las figuras de un sentimiento de aflicción convincente, de vida impulsiva, al tiempo que ordena los hechos con realismo en el marco de paisajes de gran viveza. Tiziano poco a poco enriqueció el idílico estilo de Giorgione. Los cuerpos y los objetos adquieren progresivamente una sensual densidad y esplendor, los paisajes se vuelven más resonantes, la gama cromática gana en intensidad y profundidad pero también en armonía como se observa en Las tres edades del hombre (hacia 1513, Galería Nacional de Escocia, Edimburgo) y Amor divino y amor profano (hacia 1515, Galería Borghese, Roma). El proceso culminó en las bacanales que Tiziano pintó para el duque Alfonso d´Este en una estancia de su palacio de Ferrara entre 1518 y 1522 (Bacanal y La ofrenda a Venus del Museo del Prado, Madrid, y Baco y Ariadna, hoy en la National Gallery de Londres). Estas obras se consideran las más famosas e influyentes del renacimiento, y transforman la idílica Arcadia de Giorgione en celebraciones dionisíacas. Están basadas en la literatura clásica y adaptan personajes de la estatuaria antigua y de Miguel Ángel, sin embargo, reproducen un mundo de vital sensualidad, belleza y contemporaneidad. Las dinámicas vibraciones de estas piezas tienen su paralelo en su obra de temática religiosa correspondiente al mismo periodo. Entre las primeras obras sobre este tema destaca la Asunción de la Virgen (1516-1518) sobre el altar de Santa María dei Frari en Venecia, que destaca por la maestría en la composición y movimientos de un nutrido número de personajes tratados con un sorprendente sentido de la monumentalidad. Diseñados para ser vistos de lejos, sobresale también su fuerte colorido y luz dorada. Al destaparse la obra causó una gran sensación.

La misma tónica de monumentalidad se observa en la Virgen de Pésaro (1519-1526) del mismo templo, donde Tiziano realiza un cambio crucial en el modelo renacentista de sacra conversazione (pinturas de la Virgen con el Niño entre santos, estableciéndose alguna relación entre los personajes sagrados), situando a la Virgen, tradicionalmente colocada en el centro de la composición, en la parte derecha del cuadro, y pintando tras ella dos enormes columnas en perspectiva que se elevan más allá del espacio pictórico. Este nuevo esquema fue adoptado por artistas posteriores, como Paolo Veronés o los Carracci, abriendo el camino del estilo barroco por su sentido de movimiento y de infinito. La más dinámica de las obras de Tiziano de este periodo fue la colosal Muerte de san Pedro mártir (1530, destruida), en donde la acción violenta encuentra eco en la convulsión de los árboles y del cielo. Estas obras, religiosas y profanas, revelan el conocimiento de Tiziano de los logros alcanzados por el renacimiento en Roma y Florencia. Antes de que visitara Roma en 1545-1546, el conocimiento de estos trabajos lo realizaría el artista a través de dibujos y grabados, que actuarían como un estímulo y ayuda para crear un equivalente veneciano, un estilo renacentista de igual forma complejo, monumental, dinámico, pero con la particularidad de explotar al límite los recursos cromáticos tradicionalmente venecianos, la pincelada suelta, impresionista en el caso de Tiziano, y la creación de efectos atmosféricos. Sus obras de la década de 1530 están traspasadas por una relativa serenidad, sutileza y refinamiento cromático, como se observa en su Venus de Urbino (1538-1539, Uffizi, Florencia), que hace una revisión de la Venus dormida de Giorgione (hacia 1510, Gemäldegalerie, Dresde). No obstante, un nuevo ímpetu de energía se plasma en La batalla de Cadore (hacia 1540, en su época en el Palacio Ducal de Venecia y hoy conocida a través de copias) y en tres grandiosas pinturas de techos (1543-1544, Santa María della Salute, Venecia), en las que escorzos violentos y figuras titánicas indican el conocimiento del estilo manierista por parte del pintor. Tiziano es un retratista de primera calidad y sus innovaciones más importantes se centran en este campo entre las décadas de 1530 y 1550. En 1516 había sido nombrado pintor oficial de la República veneciana, y trabajó a partir de aquí en las cortes de Ferrara y Mantua. En las décadas de 1530 y 1540 viajó a Bolonia para realizar los retratos del emperador Carlos V y del papa Pablo III, y visitó Roma por orden de este último, donde conoció a Miguel Ángel.

Entre 1548 y 1550 consta su permanencia en la corte de Carlos V en Augsburgo, Alemania, lo que le proporcionaría el encargo de multitud de retratos. Tiziano crea como retratista un tipo de descripción solemne y opulenta, realizando una síntesis entre la captación de la psicología y temperamento del personaje y la atención a los detalles de vestuario y al escenario, que definen a su vez la categoría social de la persona retratada. Entre sus numerosos retratos cabe destacar el del Caballero del guante (hacia 1520, Museo del Louvre, París), y la significativa colección que posee el Museo del Prado de Madrid, Federico Gonzaga (hacia 1526), el famoso Autorretrato (entre 1560-1566) del pintor a los 80 años, con una técnica casi impresionista, Carlos V en la batalla de Mühlberg (1548), que es un retrato ecuestre, los dos de Felipe II, uno de joven con armadura (1551) y otro de gran tamaño, muy parecido en la composición al de Carlos V en Mühlberg, La emperatriz Isabel de Portugal (hacia 1548), de medio cuerpo y el del Marqués del Vasto arengando a sus tropas. Frente a los fondos neutros de sus primeros cuadros de este género, introduce en la mayoría de estos retratos cortesanos algún detalle de ambientación como puede ser una columna, una cortina o una vista del paisaje. Por otro lado, en algunos retratos de la década de 1540, como en el de Pietro Aretino (Colección Frick, Nueva York) o el del papa Pablo III (1543, Museo Capodimonte, Nápoles) utiliza su inigualable maestría para hacer partícipe al espectador de la vida interior del retratado. A partir de 1550, de vuelta a Venecia, su estilo ha cambiado de nuevo. En las series de pinturas mitológicas realizadas para el rey Felipe II de España, las formas pierden de forma gradual solidez, diluyéndose parcialmente en vagas texturas y pinceladas vibrantes, a la vez que el color se hace más intenso. Ejemplos de ello son La ninfa con el pastor (Kunsthistoriches, Museo de Viena) y El rapto de Europa (hacia 1559-1562, Museo de Isabella Stewart Gardner, Boston). El punto culminante se alcanza en la violenta Muerte de Acteón (hacia 1561, National Gallery, Londres), con su tonalidad broncínea y texturas espejeantes. De mayor profundidad es Marsias desollado (hacia 1570-1576, Kromeriz, Rep. Checa). Dentro del capítulo de la fábula pagana llevada a sus máximos extremos de sensualidad y magnífica interpretación del desnudo femenino tenemos Dánae recibiendo la lluvia de oro, uno de los más hermosos desnudos salidos de su pincel, Venus y Adonis, y Venus y la música, pintadas en la década de 1540 por encargo de Felipe II y hoy en el Museo del Prado. Tiziano utilizó el término poesías para denominar estas pinturas mitológicas. Estas obras son contemporáneas de una serie de pinturas religiosas en las que se observa la misma disolución progresiva de las formas a través del color y la luz. A menudo en escenarios nocturnos, destacan La Anunciación (1560-1565, San Salvador, Venecia) y La coronación de espinas (c. 1570, Pinacoteca de Múnich). En estas obras el estilo desmaterializado de Tiziano busca crear un ambiente trascendente. Este estilo tardío, como fenómeno asombroso en el contexto del arte renacentista, tiene su última manifestación en la Piedad, realizada por Tiziano para su propia capilla sepulcral, obra que dejó inacabada y que hoy se conserva en la Academia de Venecia. Tiziano murió en Venecia en 1576. Su obra, que afectó de manera decisiva a la evolución de la pintura europea, proporcionó una alternativa igualmente poderosa y atractiva que la lineal y plástica tradición florentina seguida por Miguel Ángel y Rafael. Esta alternativa, que sería tomada por Petrus Paulus Rubens, Diego Velázquez, Rembrandt, Eugène Delacroix y los impresionistas, sigue viva en la actualidad. Por derecho propio, la obra de Tiziano se considera en la cima de los logros y éxitos en el campo de las artes visuales.  © M.E.



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