La miseria del mundo (fragmento)Pierre Bourdieu
La miseria del mundo (fragmento)

"Me encontré con Claudie por primera vez en la Casa de las Mujeres de París, local ubicado en el 11º distrito, donde se reúnen homosexuales y militantes pertenecientes a la facción menos "intelectual" del feminismo. Luego de un largo período de desocupación, ella realizaba una "pasantía de reinserción", que estaba organizada principalmente en torno de las actividades de recepción y gestión y daba acceso a empleos temporarios y de baja calificación en comparación con su formación de periodista y su experiencia profesional (había tenido un empleo estable en el INSEE y luego dirigió un refugio para víctimas de violencia conyugal).
Desde nuestro primer encuentro, me sorprendieron su aspecto "trágico" y una especie de gravedad interrumpida por súbitas carcajadas estridentes, como si cargara con un drama muy pesado; tanto, que cuando se decide a revelárnoslo, no puede dejar de hablar extensamente, reviviendo con una pasión siempre intacta cada episodio de su historia, incapaz a menudo de contener las lágrimas, aun cuando se esfuerza por destacar "el lado positivo" de esa aventura, la creación de un refugio, "su obra", que, es cierto, le ha sido "robada" pero "acaba de festejar sus diez años de existencia".
Una infancia en el campo en un medio familiar dominado por un padre violento que suele pegarle salvajemente a su esposa; el espectáculo de la explotación de las mujeres en el ámbito agrícola: todas sus experiencias la llevan a tener muy pronto "una mirada crítica hacia la sociedad, sus injusticias, y sobre todo las cometidas con las mujeres". Esta disposición a la rebeldía feminista encuentra su expresión durante su encuentro con el MLF en París, en los años setenta. Atraviesa entonces una etapa de euforia, de efervescencia colectiva que la lleva de grupo en grupo, de discusión en discusión, de acción en acción. Se ubica entre las "feministas revolucionarias", forma parte de las "Gouines rouges" [Tortilleras rojas], grupo de homosexuales comunistas, y luego de un grupo de "toma de conciencia", donde la frecuentación de sociólogos y psicólogos hace "avanzar su reflexión". Esta experiencia le parece tanto más enriquecedora cuanto que, por haber interrumpido muy pronto sus estudios superiores, siente una gran necesidad de aprender. "



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