Feudalismo, señorío y nobleza en la Castilla medieval (fragmento)Salvador de Moxó
Feudalismo, señorío y nobleza en la Castilla medieval (fragmento)

"El mundo de la Edad Media constituye ante todo un mundo aristocrático, en el seno de cuya sociedad predomina un grupo rector, el cual llegó a gozar, a lo largo de los siglos que componen este período histórico, de determinados privilegios en el orden legal o jurídico, de elevado rango social y de fortuna patrimonial más sólida que el resto de la población. De aquí que la clase predominante y privilegiada que conocemos por nobleza haya atraído insistentemente la atención de los historiadores, habiendo logrado interesar de forma singular en estos últimos años -no siendo ajeno a ello la obra de Marc Bloch- a figuras relevantes de la actual Historiografía europea, tanto francesa -Perroy, Duby-, como belga -Verriest, Genicot-, inglesa -Sanders, Stone- o alemana -Dannenbauer, Tellenbach, Werner, Schlesinger, Schmid-, que han acertado de ordinario a plantear sus investigaciones, sobre horizontes cada día más amplios de la realidad social y económica, a la vez que cuidaban el rigor científico.
Como estos trabajos versan sobre la nobleza de países o regiones de la Europa norpirenaica -cuyo origen y desarrollo está siendo así objeto de interesante interpretación crítica, que ofrece una visión renovada de este grupo social- creemos resulta conveniente iniciar en la Península Ibérica, con el planteamiento de nuevas orientaciones, la posibilidad de futuros estudios en orden a un mejor conocimiento de la nobleza medieval hispánica, y muy concretamente de la castellano-leonesa, en sus diversos períodos.
El criterio metodológico que debe presidir tales trabajos induce a distribuir el estudio de la nobleza peninsular de la Edad Media, no sólo en distintas zonas geográficas -cuya nobleza puede ofrecer matices diferenciales apreciables- sino ante todo en sucesivos períodos cronológicos que sean capaces -dentro de su amplitud- de poseer su propio carácter valorativo. A cada uno de estos períodos cronológicos, que en número de tres -alta, plena y baja Edad Media- nos permiten una sistematización adecuada de la época medieval, corresponden tres fases distintas en la formación y evolución nobiliaria. En el primero de ellos se forma la que podemos llamar primitiva aristocracia, época de aparición de un primer y reducido cuadro social rector que se va despegando del resto de la población libre; al segundo corresponde la que calificamos de nobleza vieja, con la cual el estamento nobiliario alcanza su plena configuración jurídica y concreta su estatuto legal, desarrollándose sensiblemente en el doble plano social y económico; al tercero, la que nos inclinamos a denominar nobleza nueva, producto de la transformación y renovación nobiliaria experimentada en la tardía Edad Media, principalmente en el siglo XIV, y que se vio favorecida con la instauración de nuevas dinastías en los Reinos peninsulares. Fase culminante esta última en la trayectoria ascendente del poder de la nobleza en la Corona de Castilla.
Aunque problema siempre de difícil interpretación, no lo constituye tan grave en la Península Ibérica en comparación como en otros países europeos, el de la continuidad o discontinuidad durante la temprana Edad Media entre la nobleza -o aristocracia- primitiva germánica (Uradel) con la carolingia y subsiguiente prolongación de ésta en la feudal.
En nuestro país, la gravísima conmoción histórica que supuso la invasión árabe y el derrumbamiento fulminante de la Monarquía visigótica nos induce a aceptar en principio como punto de partida la solución de continuidad que observamos entre la nobleza goda del Reino de Toledo y aquella otra clase aristocrática que aparece configurada más tarde en los Reinos hispano-cristianos de la alta Edad Media. "



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