Vida de Don Quijote y Sancho (fragmento)Miguel de Unamuno
Vida de Don Quijote y Sancho (fragmento)

"Y aquí fue el soliloquio de Sancho al pie de un árbol y el declararse que su amo era un loco de atar y él no le quedaba en zaga, siendo más mentecato que aquél, pues le seguía y servía, y aquí fue el decidir engañarle haciéndole creer "que una labradora, la primera que me topare por aquí —pensó—, es la señora Dulcinea; y cuando él no lo crea, lo juraré yo." Y ya tenemos con esto al fiel Sancho decidido a jugársela a su amo y a venir a ser así uno más entre sus burladores. ¡Caso de triste meditación! Y hemos de considerar también en él cómo teniendo Sancho a su amo por loco de atar y capaz de ser por él engañado, y que tomaba unas cosas por otras y juzgaba lo blanco por negro y lo negro por blanco, con todo y con esto, se dejaba engañar o más bien arrastrar de la fe en Don Quijote y sin creerlo creía en él, y viendo que eran molinos de, viento los gigantes y manadas de carnero s los ejércitos de enemigos, creía en la ínsula tantas veces prometida.
¡Oh poder maravilloso de la fe, retuso a todo empuje de desengaños! ¡Oh misterios de la fe sanchopancesca, que sin creer cree y viendo y entendiendo y declarando que es negro, hace al que le acaudala sentir y obrar y esperar como si fuese blanco! De todo ello hemos de concluir que Sancho vivía, sentía, obraba y esperaba bajo el encanto de un poder extraño que le dirigía y llevaba contra lo que veía y entendía, y que su vida toda fue una lenta entrega de sí mismo a ese poder de la fe quijotesca y quijotizante. Y así, cuando él creyó engañar a su amo resultó el engañado él y fue el instrumento para encantar real y verdaderamente a Dulcinea. "



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