Inshallah (fragmento)Oriana Fallaci
Inshallah (fragmento)

"Carraspeó, miró el reloj. Las once y media. Encendió un puro, se preparó a esperar otra media hora. No la había vuelto a ver. No había sabido nada más de ella. Y nunca había tenido un hijo. Porque de entre todas las mujeres que había coleccionado, tantas que al pensarlo sentía una especie de náusea, no había habido nunca una dispuesta a regalárselo. Si lo quieres cásate conmigo. Yo no soy una yegua de montar. Lástima que los hombres no sean caracoles, y para reproducirse necesiten el óvulo. Pero el complejo materno no se le había ido, y se veía con sus Charlies. ¡Hostia, cómo quería a sus Charlies! Aparte de los dos radiofonistas que le había endilgado Pistoia, con ellos se sentía una madre enteramente. Una clueca con polluelos. Y por cada polluelo, oleadas de ansiedad. En especial por Angelo, tan duro y sin embargo tan vulnerable, tan inteligente y sin embargo tan capullo. Pretendía descubrir la fórmula de la Vida, el muy capullo, y no tenía la menor idea de lo que significaba vivir en este asquerosísimo mundo. "


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