Mi tío Oswald (fragmento)Roald Dahl
Mi tío Oswald (fragmento)

"Él estaba ahora sacándose violentamente los zapatos y lanzándolos al otro extremo de la sala, y cuando se sacudió los pantalones de una patada y recobró la libertad de movimientos, Yasmin debió imaginar que por fin había llegado el momento de la verdad.
Y, efectivamente, había llegado. Pero no sacaríamos ningún provecho de la descripción del brutal zarandeo que se produjo a continuación. No hubo intermedios, pausas ni tiempo de descanso. El vigor que la dosis doble de polvos de escarabajo vesicante había infundido a aquel hombre era asombroso. Se lanzó sobre ella como si se tratase de una carretera con el piso en muy mal estado y estuviera tratando de alisar los baches a golpes. Le hizo cabecear a proa y a popa. Le hizo escorarse a babor y estribor, y aun así, todavía le quedaban fuerzas para cargar de nuevo y seguir disparando pese a que a esas alturas debía tener el cañón al rojo vivo. Dicen que los antiguos pobladores de las islas Británicas conseguían fuego haciendo girar la punta de un palo muy deprisa y durante mucho tiempo contra un bloque de madera. No me hubiera sorprendido en lo más mínimo ver salir humo de los luchadores que se debatían en el suelo.
Mientras todo esto continuaba, aproveché la oportunidad para sacar lápiz y papel y tomar algunas notas para futuras consultas:
Nota primera: Debemos esforzarnos siempre para lograr que Yasmin se enfrente al sujeto del experimento en una habitación en la que haya una cama o un sillón o como mínimo una alfombra en el suelo. Se trata indudablemente de una chica fuerte y resistente, pero trabajar sobre una superficie de madera desnuda en circunstancias excepcionalmente duras, como le ocurre ahora, es tener que pasárselo francamente mal. Tal como van las cosas, no sería extraño que sufriera alguna lesión en la región lumbar o incluso una luxación en la pelvis. ¿Y adónde iría entonces a parar nuestro ingenioso plan, tra-la-la?
Nota segunda: Nunca se debe administrar más de una dosis a nadie. Una cantidad excesiva de polvos produce una irritación exagerada en las partes vitales y hace que la víctima sufra algo muy parecido al baile de san Vito. Esto hace que Yasmin sea casi incapaz de colocar adecuadamente el depósito de semen sin recurrir a alguna trampa. Las dosis excesivas hacen además que la víctima brame, hecho que podría crear circunstancias embarazosas si la esposa de la víctima, la Reina de Dinamarca, por ejemplo, o la mujer de Bernard Shaw, estuvieran tranquilamente sentadas en la habitación contigua haciendo calceta. "



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