En Flandes se ha puesto el sol (fragmento) "D. Die. ¿A quién, si mi ley no saca? Alber. (Desesperado; decidiéndose a hacer por él, a ciegas) ¡Al que ataca! D. Die (Parándole y contendiendo duramente, con ironía.) ¿Qué buscas, si me hallas fuerte? Alber.(Con desesperación infantil, dando con los pies en el duelo y tirando la espada.) ¡La muerte! D. Die. (Recogiendo la espada y obligando a Albertino a empuñarla de nuevo.) ¡No, jamás, no! De esta suerte no obra un alma esclarecida; busca, atacando, la vida; dale, al que ataca, la muerte. (Albertino vuelve a tomar la espada de manos de don Diego, y éste, separándose de su hijo, prosigue ahincadamente la lección.) ¡Vuelve a luchar contra el miedo! Alber. (Queriendo obedecer, pero sin fuerzas.) Yo no puedo... D. Die. (Arreciando en el juego, para probarle más.) ¡Va un golpe! ¿Y para parar?... Alber. (Haciendo con la espada lo que indica el diálogo.) ¡Alzar! D. Die. Te amago, ¿y está el rechazo?... Alber. ¡Mi brazo! " epdlp.com |