Vivir siempre también cansa "El sol es siempre el mismo, y el cielo azul ora es azul, nítidamente azul, ora es ceniza, negro, casi verde… mas nunca de color inesperado. El mundo no se modifica. Los árboles dan flores, hojas, frutos, pájaros, como máquinas verdes. Los paisajes tampoco se transforman. No cae nieve escarlata, ni planean las flores, la luna no tiene ojos y nadie va a pintarle ojos a la luna. Todo es igual, mecánico, exacto. Y por supuesto los hombres son los hombres. Eructan, beben, ríen y digieren sin imaginación. Y hay barrios miserables, siempre iguales, discursos de Mussolini, guerras, orgullos desquiciados, autos de carreras… !Y me obligan a vivir hasta la muerte! ¿Qué no sería más humano morir un pedacito de cuando en cuando y recomenzar más tarde hallando todo nuevo? ¡Ah! Si pudiese suicidarme por seis meses, morir encima de un diván con la cabeza puesta en una almohada, y la confianza y la serenidad que da saber que me velabas tú, mi amor del Norte. Cuando alguien viniera a preguntar por mí, le dirías con esa tu sonrisa donde arde un corazón en melodía “matose esta mañana y no va a resucitar ahora por una bagatela.” Y vendrías después, muy suavemente, a velar por mí, sutil y cuidadosa, andando de puntillas para no despertar a la muerte aún pequeñita en mi garganta. (traducción Antonio Sarabia)" epdlp.com |