El pequeño Juan (fragmento)Frederik van Eeden
El pequeño Juan (fragmento)

"Incluso antes de despertar del reposado sueño, tenía una vaga idea de qué le había ocurrido mientras dormía. Pero no sentía una especial ansiedad por traducir todas esas premoniciones en la vigilia. Quería volver del instante onírico, como quien se alejara lentamente de la niebla. Robinetta se había acercado y le había acariciado el pelo como acostumbraba a hacer. Había vuelto a ver de nuevo a su padre junto al estanque.
-«¡Ay! ¿Quién ha sido? -Johannes abrió los ojos y vio a la luz del gris amanecer a un hombre frente a él». Estaba acostado en el lecho y la luz resplandecía de forma desigual en su habitación.
El rostro que se inclinó sobre él le hizo sentir en su interior una vez más el peso de toda la miseria y tristeza de la jornada vespertina. Era la faz de Pluiser, menos espeluznante y quizás más humana, pero lucía tan fea y ominiosa como la noche anterior.
-«¡Oh no! Déjame soñar, dijo».
Pero Pluizer lo sacudió sobremanera: «¿Acaso has enloquecido presa de una súbita insania? El sueño no es más que una perezosa locura que nos impide avanzar. Un hombre sólo ha de pensar y afanarse cabalmente en trabajar.
-«Quiero ser un ser humano. Quiero soñar».
-«El onirismo que acaece distante de la vigilia no te ayudará. Has de permanecer conmigo y juntos hemos de trabajar. Sólo a mi lado podrás encontrar aquello que deseas».
Johannes sintió un vago terror. Pero de algún modo era como si una fuerza mayor oprimiera su ánimo y no pudiera oponer la más mínima resistencia. "



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