Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio (fragmento)Francisco de Quevedo
Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio (fragmento)

"Los procuradores comenzaron a esforzarse y a llamar abogados. Dieron principio a la acusación los verdugos, y no la hacían en los procesos que tenían hechos de sus culpas, sino con los que ellos habían hecho en esta vida. Dijeron lo primero:
—Estos, Señor, la mayor culpa suya es ser escribanos—; y ellos respondieron a voces, pensando que disimularían algo, que no eran sino secretarios. Los abogados comenzaron a dar descargo, que se acabó en «es hombre, y no lo hará otra vez, y alcen el dedo». Al fin se salvaron dos o tres, y a los demás dijeron los verdugos:
—Ya entienden.
Hiciéronles del ojo diciendo que importaban allí para jurar contra cierta gente. Uno azuzaba testigos y repartía orejas de lo que no se había dicho, y ojos de lo que no había sucedido, salpicando de culpas postizas la inocencia. Estaba engordando la mentira a puros enredos, y vi a Judas, y a Mahoma y a Lutero recatar desta vecindad, el uno la bolsa y el otro el zancarrón. Lutero decía: «Lo mismo hago yo escribiendo». Solo se lo estorbó aquel médico que dije, que forzado de los que le habían traído, parecieron él y un boticario y un barbero, a los cuales dijo un verdugo que tenía las copias:
—Ante este doctor han pasado los más difuntos, con ayuda deste boticario y barbero, y a ellos se les debe gran parte deste día. Alegó un procurador por el boticario que daba de balde a los pobres, pero dijo un verdugo que hallaba por su cuenta que habían sido más dañosos dos botes de su tienda que diez mil de pica en la guerra, porque todas sus medicinas eran espurias, y que con esto había hecho liga con una peste y había destruido dos lugares. El médico se disculpaba con él, y al fin el boticario se desapareció, y el médico y el barbero andaban a daca mis muertes y toma las tuyas.
Fue condenado un abogado porque tenía todos los derechos con corcovas, cuando, descubierto un hombre que estaba detrás deste a gatas, porque no le viesen, y preguntado quién era, dijo que cómico; pero un verdugo, muy enfadado, replicó:
—Farandulero es el señor; y pudiera haber ahorrado aquesta venida, sabiendo lo que hay. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com