Todo el tiempo del mundo (fragmento)E.L. Doctorow
Todo el tiempo del mundo (fragmento)

"Me arrodillé en la hierba bajo el sol con la cabeza agachada y las manos firmemente entrelazadas. Pero aun mientras pronunciaba las oraciones mi mente se escindió. Mientras articulaba las palabras, no hacía más que preguntarme: ¿había yo acudido a la Comunidad por las necesidades de mi propio corazón, o me había engañado asumiendo como propias las convicciones de mi mujer? Tan graves eran las dudas que me asaltaban.
Cuando alcé la vista, Walter John Harmon estaba en el Tabernáculo. No lo había visto acercarse. Ni de hecho él me miraba. Tenía la vista fija en el suelo, sin ver nada salvo sus propios pensamientos.
Walter no pronuncia sermones porque, según sostiene, no somos una iglesia, somos una Revelación en Curso. Se presentaba en el Tabernáculo sin previo aviso a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, según se lo dictara el espíritu. En tales ocasiones corre la voz y los miembros que pueden se apresuran a ir a escucharlo, y aquellos cuyo trabajo no se lo permite escucharán sus palabras más tarde, tal como quedan grabadas en la memoria de quienes asisten.
En ese momento la gente se apresuró a venir. Como Walter John Harmon tiene muy poca voz, los Patriarcas, llegado un punto, comprendieron claramente que debía introducirse una dispensa para el uso de un micrófono inalámbrico y un altavoz. Cuando estaba de pie en el Tabernáculo a su manera característica, con las yemas de los dedos de una mano en contacto con la mesa de madera, y cuando empezó a hablar como habría hecho incluso si no hubiese nadie para escucharlo, llegó alguien con el altavoz y montó el micrófono en un soporte ante él. Incluso amplificada, la voz del profeta era poco más que un susurro. Así de grande era su retraimiento, ya que como él había dicho más de una vez, la suya era una profecía reticente. Él no la había buscado, ni deseado. Antes de que Dios llegara a él en ese remolino, ni siquiera había pensado en la religión. En su juventud había llevado una vida de desenfreno y cometido muchas malas acciones, y opinaba que quizá por eso había sido elegido: para demostrar la misteriosa grandeza de Dios. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com