Matadero: Bosnia y el fracaso de Occidente (fragmento)David Rieff
Matadero: Bosnia y el fracaso de Occidente (fragmento)

"Eran un grupo extraño. Algunos habían formado parte de un grupo paramilitar musulmán llamado Ligas Patrióticas. Muchos se reclutaban en el hampa de Sarajevo. Con pistolas y kaláshnikovs, hicieron retroceder al Ejército Nacional Yugoslavo a las colinas, irrumpieron en sus barracones y, finalmente, ante la furia de los mediadores de las Naciones Unidas, tendieron una emboscada a una columna de tropas del JNA, que estaba retirándose de la ciudad bajo un alto el fuego negociado. Cuando las hostilidades se intensificaron, se trasladaron a los vecindarios en los que habían crecido, camelando, inspirando o intimidando a sus antiguos compañeros de colegio para que se enrolaran en la lucha. Uno de sus líderes había sido un respetable fabricante de productos de piel; otro era un músico de club de veintinueve años llamado Musan Topalovic, conocido como Caco; un tercero, apodado Celo, era un delincuente profesional con un físico de culturista, que acababa de salir de la cárcel después de una condena de ocho años por violación. Sólo tras el fin de este primer espasmo de lucha empezó a organizarse el Ejército bosnio, y más de un año antes de que el pequeño y dedicado cuadro de ex oficiales regulares del JNA, que permanecieron en el bando bosnio —entre cuyas experimentadas filas había muchos serbios y croatas— ni siquiera pudieran empezar a reestructurarse y ofrecer cierto aspecto de una fuerza regular disciplinada.
La defensa de Sarajevo fue una historia inspiradora, la misma clase de historia sobre la que se cantaba en el folclore balcánico siglos atrás. Pero cuando la lucha siguió, la presencia de gánsteres en todos los bandos significó no sólo que la lucha tomó un cariz cada vez más criminal y brutal, sino que también las intenciones políticas de la guerra pasaron a entremezclarse, sin remedio, a un nivel cotidiano, con actividades de especulación y mercado negro. El mismo valor que permitió a Caco luchar contra el Ejército Nacional Yugoslavo, a pesar de que tenía todas las de perder, le convirtió en el candidato con más probabilidad de meter de contrabando en Sarajevo los suministros que la ciudad precisaba y sacar un tremendo beneficio al hacerlo. Lo que Caco, Celo y los otros (se contaba lo mismo entre los serbobosnios y entre los soldados del HVO) metieron no formaba parte de sus planes regalarlo. Ni el gobierno de Sarajevo, puesto que los soldados que les eran leales individualmente defendían áreas clave del frente, se encontraba en una posición para ordenar que cesaran estas actividades. No hasta que Haris Silajdzik aceptara la presidencia bosnia, a finales de otoño de 1993, y pusiera como con­dición la eliminación de tales pandillas, se rompió el predominio de las guerrillas de gánsteres sobre Sarajevo. En otras partes de Bosnia, la situación era bastante parecida: una sociedad frágil, militarizada con precipitación y cada vez más anárquica, intentando mantener sus ideales frente a la guerra despiadada declarada contra ella, la indiferencia del mundo y las concesiones que se había visto obligada a hacer internamente para sobrevivir. "



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