El vampiro (fragmento)John William Polidori
El vampiro (fragmento)

"Sucedió que en curso de las diversiones que tuvieron lugar un invierno en Londres, apareció en varias fiestas de la sociedad que marcaba el tono, un noble que destacaba más por sus peculiaridades que por su rango. Observaba la alegría a su alrededor como si no pudiese participar de ella. Al parecer sólo atraía su interés la risa ligera de las bellas, que él podía sofocar con una mirada, e infundir el temor en los pechos donde reinaba el aturdimiento. Las que experimentaban esta sensación de pavor no se explicaban de donde procedía: unos la atribuían a su mirada apagada y gris que, al clavarse en el rostro de las personas, no parecía traspasarlo y penetrar hasta los íntimos movimientos del corazón, sino posarse en las mejillas como un rayo plomizo y oprimir la piel sin poder atravesarla: todo el mundo quería verle.
(…)
A pesar de la mortal palidez de su rostro, que jamás llegaba a encenderlo ni el rubor de la modestia ni la pasión de las emociones fuertes, era gallardo de figura y silueta, y muchas cazadoras de notoriedad trataban de conquistar sus atenciones y obtener alguna prueba, al menos, de lo que ellas llamaban afecto.
(…)
Tenía fama de poseer una conversación cautivadora; y fuese porque ésta disipaba el temor que su singular persona inspiraba en las mujeres, o porque las conmovía su aparente odio al vicio, el caso era que tan a menudo estaba entre aquellas cuyas virtudes domésticas constituyen el orgullo de su sexo, como entre las que lo manchaban con sus vicios."



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