Conflicto de fuerzas (fragmento)Pauline E. Hopkins
Conflicto de fuerzas (fragmento)

"El Club Canterbury de Boston, que celebraba su cena anual aquella noche, estaba integrado por la flor y nata de la intelectualidad de la ciudad. En las salas del círculo, los concienzudos científicos se codeaban con los teólogos más avanzados en su campo y con los economistas políticos más sobresalientes del panorama contemporáneo. Una vez puestos al día de las cuestiones más candentes del momento en el campo del progreso —la telegrafía, la filosofía económica, el surgimiento y la caída de las monarquías, la restauración del arte heleno—, los raciocinios que rodeaban el problema de los linchamientos estaba empezando a ocupar la atención de los dos hemisferios del planeta y se trataba de recabar información de cualquier fuente que pareciera fiable.
Ocurrió que el honorable Herbert Clapp, el presidente del club, había comentado a algunos miembros la sorprendente capacidad que poseía William Smith a la hora de tratar los muchos entresijos que envolvían esta cuestión. Aquella asociación ya había contado entre sus oradores invitados con el doctor Lewis, en relación con la importante labor educativa que llevaba a cabo entre la gente de color, y también con John Langley. Este último porque trabajaba en la línea del club, realizando lo necesario dentro de una organización interesada en una política que hombres de una susceptibilidad moral más delicada no se atrevían a atajar. Se votó para invitar al joven Smith a esta cena en su calidad de espécimen original y novedoso de la raza negra.
Las arcas de la tesorería de la Escuela Africana para el Desarrollo Industrial y Agrícola, dirigida sabiamente por el doctor Lewis, se veían engrosadas todos los años por las generosas contribuciones que se realizaban desde el club. El sureño había logrado grandes éxitos y se había convertido en portavoz de la terrible tragedia humana vivida por la zona más poblada de negros en el Sur, donde se encontraba situada dicha escuela. Sin embargo, la profunda antipatía que la región sentía hacia la raza de color había obligado incluso a Lewis a doblegar su férreo estoicismo bajo unos tiránicos decretos que le habían forzado a transigir, y a ver cómo las prerrogativas educativas ofrecidas a sus alumnos habían sufrido varios recortes con el fin de adaptarse a las perspectivas de aquellos blancos que consideraban que el negro poseía escasas capacidades mentales y que desestimaban los muchos ejemplos de excelencia intelectual existentes entre aquella comunidad oprimida. Las ideas que el doctor Lewis expuso en sus numerosos y brillantes discursos a favor de su gente eran lógicas, y demostraban su capacidad para entender en toda su magnitud las necesidades del momento, y en especial, los ingentes esfuerzos que debían desplegarse bajo un sistema de gobierno tiránico.
«Sobre gustos no hay nada escrito», sentencia el refrán. La gente de color al norte de la demarcación de Mason-Dixon es conocida por los avances que ha realizado siguiendo las pautas reglamentadas de lo que simboliza la buena ciudadanía en una república como la nuestra. Entre los mejores círculos de esa comunidad destacan individuos de la más excelsa talla intelectual, moral, religiosa y social. ¿Qué ocurre con esta clase de personas cuando se les obstaculiza con reglamentaciones y leyes hechas para la conveniencia de las necesidades de las personas de color que habitan en el Sur? ¿Qué ocurre cuando a ese gran grupo de ciudadanos de color que representan en sí mismos los más altos progresos de la ciudadanía norteamericana se les fuerza a cumplir unas leyes a las que ni se les puede ni debe someter? Creemos que el espíritu de jugar limpio, sin trampas y de manera honrada, sigue vigente en nuestro querido país. Creemos que, bajo el hirviente caldero de los prejuicios raciales en que el Sur quiere ahogar el avance de la población de color, todavía existen corazones valientes que responderán a los gritos de desesperación con la urgencia del patriota, y que ellos mismos exigirán para cada persona de color, ya sea del Norte o del Sur, la mayor cantidad de oportunidades con el fin de que desarrollen sus capacidades más sobresalientes. "



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