La reina Isabel cantaba rancheras (fragmento)Hernán Rivera Letelier
La reina Isabel cantaba rancheras (fragmento)

"Al cumplir la mayoría de edad, la Reina Isabel se dio a la tarea de buscar a su hermano. A veces le llegaban noticias de que había sido visto en tal o cual Oficina, de tal o cual cantón. Ella entonces viajaba en cuanto podía hacerlo. En la Oficina en cuestión se pasaba algunos días en los cuales, a la vez de indagar, aprovechaba para ejercer. Cuando su interrogatorio en medio de jadeos y resuellos no arrojaba resultados positivos, se iba a preguntar a la Oficina del Personal; luego, averiguaba en las fondas y en las cantinas del campamento hasta terminar buscándolo, con el alma en un hilo, en las salas de los hospitales y en los pulgueros de las comisarías. Nunca lo pudo hallar. Muchas veces se lo dieron por muerto. Que se había quemado vivo al caer a los cachuchos de salitre fundido en la Flor de Chile, que lo había destrozado un tiro en una calichera de la Piojillo, o que lo habían matado en un pleito de fondas en la Candelaria. Una vez le vinieron con la noticia trágica de que su pobre hermano había sufrido la terrible muerte del palanquero en la oficina Prosperidad; que, incluso, le habían erigido una animita a la orilla de la línea férrea en donde había sido destrozado por las ruedas de los catorce carros de un convoy salitrero; y que, al decir de las ancianas que iban a prenderle velas y a pedirle favores, su hermano estaba haciendo verdaderos milagros de santo. Al final la Reina Isabel, resignada, había optado por desistir de su búsqueda inútil. "


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