Un poema sobre la memoria " ¿Aguardas a los que se fueron? A las profundidades se marcharon. Los muros los dejaron atrás, y los cuadros, los lápices, los relojes, el alma, la lluvia y la nieve, la arena y el castigo, las agujas de pino y la inmortalidad. Ahora es imposible saber quién está en lo cierto, y cuando haces suma de todas las partidas, tu insensata integridad acaba por quebrarse y estalla en muchas voces encontradas. Esto queda: el círculo que talló un cuchillo, una marca en el vidrio, polvo en las estanterías, tanta libertad, tantos versos y tanta falsedad, como escasez de auténtico destino. Dos voces también quedan. Acariciaron el tibio e inquietante volumen de esta urbe. Una sola gota de memoria les fue dada. Tuya es. Y no pertenece a nadie. Da vueltas, alada, ciega de nacimiento, como una golondrina expulsada del nido. ¿Y de qué sirve todo tu clasicismo, esa escuela de diversión y ceremonias? Y así la hora, separada de nosotros, condenada, cae revoloteando como un chal sobre las escaleras, en cuartos y pasillos, y en el hueco que aún se extiende entre el tiempo que pasó y el tiempo que vendrá. " epdlp.com |