Suave caricia (fragmento)William Boyd
Suave caricia (fragmento)

"Me abrazó y besó, y sentí lo mismo de siempre: el ensancharse de mis pulmones, la cabeza que me daba vueltas. Cleve me producía ese efecto. Todavía me conmovía y me alteraba; por mucha culpa que experimentara, o intentara mitigar; por mucho que se engañara; por mucha insatisfacción y rabia que me provocara su autocomplacencia y egoísmo. Le veía tal como era, pero no podía resistirme a él. O al menos no me molestaba en resistirme, para ser más exactos. Me daba igual: no estaba para pensar en el futuro. Me lo debía a mí misma, me dije, por todo lo que había sufrido desde aquel espantoso día en los disturbios de Maroon Street. Si no era completamente feliz, al menos no era completamente desdichada, y eso tampoco era una minucia.
El cataclismo de Pearl Harbor lo transformó todo al instante, como una inmensa borrasca que barre todo el país. Cambió la presión, los barómetros sociales enloquecieron. En Nueva York me sentía como si de repente nos hubieran ordenado que nos volviéramos serios y responsables; aquellas vacaciones eternas tocaban a su fin, el deber nos llamaba, el conflicto mundial se plantaba en nuestra puerta. Era como si, de la noche a la mañana, todo el país hubiera madurado colectivamente y asumiera sus deberes de adulto. "



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