Final troyano (fragmento)Laura Riding
Final troyano (fragmento)

"Agamenón y Odiseo se sentaron; los que habían separado las piernas volvieron a juntarlas, como diciendo: «¡Esto es, en verdad, un asunto serio!». Fénix extrajo una pequeña flauta de hueso de su túnica. Antíloco debía llevársela a la boca, puesto que Fénix no tenía dientes, pero éste se encargaría de mover los dedos, mientras Antíloco suministraba el aliento. Ese arte de contar historias en el que tan experto era Fénix difería, en método si no en su esencia, de las recitaciones heroicas. Un cuento se narraba en el estilo coloquial más ingenioso, con divertidos cambios de entonación y de expresión, y sin acompañamiento, excepto los improvisados movimientos de los dedos del narrador sobre su flauta en las pausas entre los distintos episodios del cuento, para emitir amables notas que recordaban a sus oyentes: «Esto es sólo un cuento y no hace daño a nadie». En las recitaciones heroicas no había pausas y el narrador se acompañaba continuamente con su lira. Y la voz mantenía el mismo tono profundo todo el rato, y el rostro, la misma expresión fija. Y el auditorio tampoco era libre de sonreír o manifestar incredulidad. Éste quedaba en cierto modo comprimido entre las paredes desconocidas del relato; mientras que en la narración hablada se derribaban las paredes, se desgajaba a los sucesos de sus contextos remotos para ponerlos al alcance familiar de la mente. Aquiles destacaba en el estilo heroico.
Fénix empezó a hablar. "



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