Sonetos del portugués (VII) "El mundo me parece tan distinto desde que oí los pasos de tu alma muy leves, sí, muy leves, a mi lado, en la orilla terrible de la muerte donde yo iba a anegarme, y me salvó el amor descubriéndome una vida hecha música nueva. Aquellas hieles destinadas por Dios quiero beber, cantando su dulzura, junto a ti. Los nombres de lugar son diferentes porque estás o estarás aquí o allá. Y ese don de cantar que yo amé tanto (los ángeles lo saben) me es querido sólo porque hace resonar tu nombre." epdlp.com |