El aldeano de París (fragmento)Louis Aragon
El aldeano de París (fragmento)

"Cualquier pretexto, ya sea una fiesta en el harén o un álbum fotográfico hojeado al son de una canción, basta para justificar el desfile de cinco o seis mujeres desnudas que simbolizan las diferentes partes del mundo o las razas del Imperio otomano. No falta aquí ninguno de los grandes recursos de la comedia antigua: el malentendido, el disfraz, el despecho e incluso el tema del doble. El propio espíritu del teatro primitivo queda en él salvaguardado por una comunión natural entre la sala y la escena debida, bien al deseo o a la provocación de las mujeres, bien a esas conversaciones que se entablan en razón de las toscas risas del auditorio, sus comentarios, las broncas de las bailarinas al público grosero y las citas acordadas al amparo de la oscuridad; unas conversaciones que, en definitiva, brindan un encanto espontáneo a un texto monótono que se recita unas veces a grito pelado, otras balbuceado o en voz baja, o que simplemente se lee deprisa y corriendo, sin disimulos. Unos pocos caracteres constantes forman la base, bastante restringida, de esta fauna dramática: una especie de arpía, un pícaro tonto, un príncipe afeminado, un héroe salido de La Vie Parisienne, una fauna exótica que posee una idea trágica del amor, una mujer parisina con una práctica y una filosofía amorosas conforme al más puro estilo de los bulevares, algunas mujeres desnudas, una o dos sirvientas o mensajeras. La única moral es la del amor; y el amor, la única preocupación: los problemas sociales sólo podrían aflorar en él en tanto en cuanto constituyeran una excusa para la exhibición carnal. La troupe no está bien pagada, de manera que se toma ciertas libertades en sus papeles; vive de las aventuras. Es también áspera, como una verdadera compañía de artistas, e intolerante con las bromas o los abucheos. En los entreactos, los defensores naturales de las intérpretes llevan aparte a los aficionados a las bromas pesadas: «¿Qué te ha hecho a ti esta criatura?». No hacen sino defender su propio alimento. "


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