Desde el mar a las alturas (fragmento)Ramón Rubín
Desde el mar a las alturas (fragmento)

"Madre e hijo comerciaban en artículos de mercería, bisutería y tocador, amén de modas y géneros. Y como yo tengo el don especial de hacerme bolas cuando trato de elegir algún obsequio para una mujer, ellos me ayudaban en la selección, lo que me permitía pasar por oportuno y experto.
Para Meche adquirí esa vez un listón de artisela color de rosa. Y a Lucha vine comprándole otro, rojo intenso y algo más ancho. La Yegua Nadando, pasándose de suspicaz, supuso en el acto que yo prefería a la depositada; y la vi con vehementes deseos de rimarme uno de sus contrahechos endecasílabos en torno a esa predilección…, pero desvié el tema, pues no era así, sino que de pronto se había desenvuelto en mis capacidades cierta refinada visión estética, gracias a la cual deduje, teniendo Luz un pelo tan rubio, tan abundante y con tan precioso brillo, para que aquel lazo de listón destacara al extremo de sus trenzas se volvía necesario que la lazada fuera más ancha y el color más vivo… y puesto que se trataba de adornar el cabello, adquirí también unas madejas de estambre a colores para que la propia Lucha se las trenzase al Cid en las crines como solía hacerlo, pues, en su opinión, de esa manera se le volverían más quebradas, suaves y hermosas cuando el animal estuviese adulto.
Me habían embromado los amigos más de una vez por ponerle al potro aquella clase de adornos, ya que disiente de lo usual en la práctica de la buena charrería. Pero yo estimaba que su negra crin bien podría merecer tales atuendos; y trataba de justificarlo asegurando que, de paso, conseguía que su pelambre, flameando al viento, me estorbara menos cuando lo llevaba a la doma.
Nunca quise confesar que se me antojaba fortuito que el joven Cid experimentase una complaciente sensación de caricia cada vez que aquellos dedos tan blancos y tan hábiles de Lucha Orozco maniobraban entre su pelo negro y sedoso. Y que, solidario por reflejo de su dicha, compartía en silencio esa emoción por la que llegué a suponerlo dominado. "



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