Paloma solitaria (fragmento)Larry McMurtry
Paloma solitaria (fragmento)

"A Oriente, el cielo estaba rojo como los carbones de una fragua, iluminando los llanos a lo largo del río. El rocío había humedecido el millón de agujas del chaparral y cuando el borde del sol emergió del horizonte, el chaparral parecía salpicado de diamantes. Una mata en el patio trasero se llenó de pequeños arcoíris cuando el sol tocó el rocío.
Era un tributo inmenso que la salida del sol embelleciera incluso las matas de chaparral, pensó Augustus al admirar el proceso, sabiendo que solo iba a durar unos minutos. El sol extendió su dorada luz rojiza sobre las matas resplandecientes, entre las que circulaban unas pocas cabras, balando. Incluso cuando el sol se alzó sobre los pequeños salientes, al Sur, una franja de luz permaneció un momento a nivel del chaparral, como si fuera independiente de su fuente. Después el sol se alzó, claro, despejado, como una gran moneda. El rocío murió rápidamente y la luz que llenaba las matas como de un polvo rojo, se dispersó dejando un aire limpio y ligeramente azulado.
La luz era entonces buena para leer, así que Augustus se dedicó unos minutos a los profetas. No era excesivamente religioso pero se tenía por buen profeta y le gustaba estudiar los estilos de sus predecesores. En su opinión, eran unos exagerados, y no se esforzaba en leerlos palabra por palabra. Se limitaba a mirar aquí y allá, mientras los bollos se iban tostando.
Mientras estaba disfrutando de una o dos líneas de Amós, los cerdos dieron la vuelta a la esquina de la casa y casi en el mismo momento Call salió por la puerta de atrás, poniéndose la camisa. Los cerdos se acercaron, colocándose exactamente frente a Augustus. El rocío había mojado su piel azul. "



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