Con el cielo a cuestas (fragmento)Gonzalo Suárez
Con el cielo a cuestas (fragmento)

"Massaní busca el contacto de la mujer que duerme desnuda a su lado. La siente respirar y la luz del amanecer, tamizada por los visillos, se expande por la estancia. Tras la noche en que los cuerpos se encontraron fuera de sí, le sorprende comprobar que las cosas sigan estando en el mismo lugar, como si la pasión no alterara la realidad de la misma manera en que trastoca los sentidos. Las palabras desquiciadas, las horas ciegas de amor desenfrenado, las caricias extraviadas en los confines de la piel donde la humedad precede a la llamarada. Todo parece lejano de repente. Sensaciones furtivas flotan residuales en el aire y se desvanecen antes de que el recuerdo consiga retenerlas. Nora tiene los cabellos en desorden, la cabeza ladeada de manera que apenas se entrevé su perfil. La barbilla inclinada sobre el hombro, un brazo bajo la almohada, y el otro, a lo largo del costado, medio oculto por la sábana tibia y arrugada que deja al descubierto los pies. A la luz de la mañana parece haber sido despojada de toda verosimilitud. Massaní tiene miedo a mirarla y verla desaparecer. Los gestos y los rasgos se esfuman en la memoria sin darle ocasión de recuperarlos, como se evaporan los sueños al despertar. Irrisoriamente, la imagen del calendario, con su sonrisa y su mirada de papel, encubre fogonazos del pasado y cobra mayor realidad que el cuerpo que duerme junto a él. Una súbita angustia le asalta. Un ataque de pánico que le impulsa a salir huyendo como si acabara de cometer un asesinato. En cierta manera, lo ha cometido. Culminado el juego, Nora se irá y su ausencia será como si la hubiera matado. "


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