Historia del Reino de las dos Sicilias (fragmento) Duque de Rivas
Historia del Reino de las dos Sicilias (fragmento)

"Reemplazó al duque de Arcos el conde de Oñate, y de acuerdo con el príncipe don Juan, hizo una salida de Castelnovo con las tropas españolas, en tan oportuna ocasión, que en veinticuatro horas restableció el Poder real en la ciudad, y en pocos días en el reino todo, no tardando mucho en restablecer la tranquilidad más completa en el país, y en borrar los rastros de tan seria revolución, que duró once meses largos y que causó pérdidas de mucha monta al Gobierno y a los particulares. Algunos años después se descubrió otra conjura, que costó la cabeza al turbulento Annese; y se dejó ver de nuevo, sin efecto alguno, el aventurero duque de Guisa en las playas de Nápoles.
Murió el año 1665 el rey Felipe IV, y heredó sus Estados Carlos II, destinado por la Providencia para que en sus débiles manos se deshiciese la inmensa monarquía española. Estremecido el imperio de ambos mundos con las agonías de la muerte, no podía ninguna de sus partes dejar de sentir la común dolencia; y, sin embargo, no fue la época más calamitosa para Nápoles, ni lo hubiera sido para Sicilia si no hubieran turbado su reposo interior los habitantes de Mesina, en guerra perpetua con los de Palermo, por envidia y celos de preponderancia y sobre a cuál le correspondía ser capital. Grandes disgustos fatigaron a los virreyes de Sicilia, conde de Ayala, duque de Sermonetto, duque de Alburquerque, príncipe de Ligne y marqués de Bayona. Pues, divididos en bandos los mesineses, y triunfando el más bullicioso, enemigo encarnizado de la dominación española, la ciudad entera se declaró rebelde y se echó en brazos del rey de Francia, Luis XIV, que envió incontinente en su ayuda una poderosa escuadra. Afortunadamente, no se propagó el incendio, y los virreyes de Sicilia y de Nápoles acudieron con todas sus fuerzas y recursos a sitiar la ciudad, mientras la Armada española acudió a pelear con la francesa, fondeada en el puerto. "



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