Foucault: Pensamiento y vida (fragmento)Paul Veyne
Foucault: Pensamiento y vida (fragmento)

"Este supuesto izquierdista, que no era freudiano ni marxista, ni socialista, ni progresista, ni tercermundista, ni heideggeriano, que no leía ni a Bourdieu ni Le Figaro, que no era ni “nietzscheano de izquierdas” (como algunos), ni por supuesto de derechas, fue el inactual, el intemporal de su época, recuperando para definirlo un término justamente nietzscheano. Era inconformista, algo que bastaba para clasificarlo como de izquierdas. Y, sin embargo, cuando era profesor en Vincennes, después de los hechos de Mayo del ’68 consideraba –en su fuero interno– a los maoístas y a los grupos izquierdistas fenómenos simpáticos y hasta útiles, por agitadores, pero también como fenómenos subalternos. En cuanto a ellos, lo consideraban imprevisible. Foucault era astuto. Como prefería caer del lado de la izquierda, se guardaba mucho de disipar el equívoco, el matiz, que separaba su atemporalidad del izquierdismo de sus admiradores. Lo cierto es que sólo entre los militantes de izquierdas y con el diario Libération podía encontrar algunos camaradas para acompañarlo en sus luchas concretas.
Me apresuro a añadir que en cambio era un hombre muy íntegro, poco dispuesto a hacer concesiones a ninguna opinión en interés de su carrera. Cada escritor gestiona sus intereses de carrera profesional de forma más o menos ostensible, con mayor o menor torpeza, más o menos duramente. Foucault no descuidaba sus intereses y para ello recurría a cierta diplomacia, pero sus verdades no eran negociables. Vivía ante todo para sus libros y para sus ideas. Una confidencia con la que acostumbraba a abrumarme periódicamente era lo mucho que le pesaba no poder publicar sus cursos con la rapidez que le habría gustado. Las personas que, después de que él muriera, editaron de manera realmente ejemplar sus Cursos y sus Dichos y escritos colmaron sus deseos póstumos. "



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