Zaragoza en la tormenta (fragmento)Arsenio Jimeno Velilla
Zaragoza en la tormenta (fragmento)

"Al Comité le quedaba una baza muy problemática. Intentar sublevar la guarnición de un cuartel de la capital. Previamente se había entrado en contacto con un joven socialista madrileño sirviendo en aquel regimiento, y llegado al compromiso de que el joven madrileño franquearía una puerta secundaria a uno de los tres. Llegado el día X, los tres intentaron ponerse de acuerdo sobre quien de ellos debía ir. En fin de cuentas, hubieron de echarlo a suertes, pues los tres querían ir, aunque Jimeno y Miranda consideraban inminente que aquello era una locura que les podía llevar al fusilamiento. Le tocó la suerte a Baras y se fue a cumplir su misión irradiando contento. Volvió entrada la mañana. Pasó toda la noche al borde de un brazal sin que apareciera el joven madrileño. Baras se vio obligado a plegar la aureola de mártir y guardársela en el bolsillo. Era difícil alcanzar un Gólgota.
En su alma tersa floreció pronto el amor a la justicia y la necesidad de luchar por ellas y por la libertad para todos, incluidos quienes mataban por retrasar su reino. Si para tan alto propósito era necesario dejar la vida, pues se dejaba y en paz.
No tardó en emerger el otro amor, el que se suele escribir con mayúscula. El bebé de mofletes sonrosados se había enamorado. Queda dicho que, en los mítines, Baras despertaba el instinto maternal de las mujeres, pero jamás vimos una muchacha de su edad acercársele. El instinto materno existe, en todas las mujeres, pero es evidente que las jóvenes requerían otros atributos, otros estímulos o, por lo menos, su apariencia.
Para que su llama fuera correspondida debía encontrar una muchacha que a su instinto maternal uniera soterrada tendencia al incesto.
Pero, ¿quién pone barreras a los sueños? ¿Quién sujeta nubes rosadas? Nuestro amigo se enamoró perdidamente de la hermana de García, el misterioso comunista; de la gentil vendedora de Mundo Obrero: mujer escultural, de rostro armonioso y encantador, alta, flexible, hembra entre dócil y poderosa, envuelta en definible aire cosmopolita de sobria elegancia... y ceñida la frente con el aura revolucionaria. "



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