Un viaje nada sentimental (fragmento)Albert Drach
Un viaje nada sentimental (fragmento)

"¿No conoce usted al doctor Honigmann? Nadie lo conoce, y a todos les da la impresión de que deberían conocerlo.
Cuenta quién era en su día o, para ser preciso, a quiénes conocía. Por tanto, es austríaco o, como mínimo, vivió mucho tiempo en Austria. Conoció incluso a Seipel, quien recibió de él más de una donación. Aquel gesto debería ayudarle ahora. También ha sido jurista, pero no ha «ejercido», esto es, no se ha ganado la vida como jurista, sino por otros medios. Cuando huyó a Occidente, no contaba con los papeles necesarios, de modo que lo hizo a pie. La guardia fronteriza quiso devolverlo. Se sentó sobre una piedra a este lado de la frontera. ¿Por qué salir si ya estaba dentro? Ahora, no obstante, la cosa va en serio. Según él, el prefecto (al que, por tanto, conocía y con el que incluso intimaba) le había dicho que se largara y no se dejara ver. Pero ¿cómo no dejarse ver si la muñeca es tan guapa? Una «muchacha aria» y, además, cincuenta años más joven que él. En consecuencia, él debe de tener más de setenta o ella es todavía una niña. ¿Por qué salir si ya está dentro? Le entregó cincuenta mil francos cuando lo pillaron, allí mismo, en la policía, donde el prefecto es todopoderoso. «¡Quédate con esto, muñeca! La cosa va en serio. ¡Debería haber creído al prefecto!» ¿Lo «sacará» el prefecto? No lo hará, porque tiene las manos atadas. Hitler ha exigido el «suministro» de veinte mil judíos. "



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