El unicornio (fragmento)Iris Murdoch
El unicornio (fragmento)

"Dobló por un pasillo transversal. Allí las habitaciones miraban al jardín, y estaba casi segura de que alguna era la de él. Llamó a una puerta y la abrió y se encontró con una habitación vacía. La siguiente parecía la de una doncella. La siguiente, la que hacía esquina, debía de ser la de Jamesie. Llamó también, con suavidad, y abrió cautelosa la puerta. Echó un vistazo a su espalda, el pasillo estaba desierto.
Ropas que reconoció como de él formaban montones en el suelo, y en la habitación había un silencio levemente amenazador propio de un lugar intensamente habitado. Marian miró a su alrededor y vio otra puerta, que quizá conducía a una alcoba o un sanctasanctórum interior. Pasando sobre la ropa, conteniendo la respiración por los nervios, pero resuelta, llamó a la otra puerta y la abrió. La otra habitación estaba a oscuras y olía a productos químicos. No había nadie.
Se quedó inmóvil un momento, mientras recuperaba el aliento. Entrevió una cama sin hacer y una pila de novelas policíacas en el suelo. Sobre una mesa había bandejas y frascos, seguramente algo relacionado con la fotografía. Las paredes estaban cubiertas por un papel de un curioso estampado. Instintivamente, fue a la ventana y descorrió las cortinas. Miró, miró con más atención, miró desde más cerca. Al iluminarse la estancia vio que las paredes estaban cubiertas de fotografías, enorme cantidad de ellas, grandes y pequeñas, dispuestas meticulosamente unas junto a otras cubriendo tres lados de la habitación. Las escudriñó con curiosidad. Le llevó unos momentos darse cuenta de que todas, hasta la última de ellas, mostraban a Gerald Scottow: Gerald serio, Gerald sonriente, Gerald a caballo, Gerald a pie, Gerald vestido, Gerald desnudo, Gerald en posturas de lo más extrañas. "



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