Historia de la dominación de los árabes en España (fragmento)José Antonio Conde
Historia de la dominación de los árabes en España (fragmento)

"Cumplidos los deseos de paz que siempre tenía el rey Abderramán, señaló el primer año de ella, que fue el ciento setenta, mandando edificar en Córdoba y cerca de su alcázar la grande aljama o mezquita mayor: dicen que el mismo rey trazó el plan de la obra; que se propuso que fuese semejante a la de Damasco, y más grande y superior en su magnificencia y suntuosidad a la nueva de Bagdad, y que fuese comparable a la de Alaksa en la Casa Santa de Jerusalén: puso en ella muchas y muy preciosas columnas de mármol: su entrada por diez y nueve puertas muy espaciosas para ir a su alquibla por diez y nueve calles de columnas de mármoles diferentes maravillosamente labradas, y atravesadas estas de treinta y ocho calles de oriente a poniente, y en sus costados a cada parte nueve puertas: dice Aben Hayan que la altura de su alminar o torre era de cuarenta brazas poco más o menos: aunque puso en esta obra gran diligencia y trabajaba en ella él mismo una hora cada día, y gastó en la obra más de cien mil doblas de oro, no quiso Dios que viese acabado este edificio: pero dotó las madrisas o enseñanzas que había de haber en ella y sus hospitales, cual convenía a la magnificencia de la aljama.
En este tiempo se enseñaba en España, según la secta y declaraciones del Auzei, enseñanza que había introducido, y practicaba en Córdoba el andaluz Saxalo ben-Salema, que fue discípulo del Auzei en oriente, y solían llamar a este sabio el Damasquino; y por eso algunos le tenían por natural de Damasco: no dejó de enseñar en Córdoba hasta que falleció en tiempo del rey Hixem, año ciento y ochenta; y algunos dicen que vivió doce años más. En pago de sus señalados servicios había ofrecido el rey Abderramán al caudillo Abdala, hijo de Abdelmelic el Meruan, darle por mujer su nieta Cathira, hija de Hixem; y como Abdala recordase frecuentemente al rey el cumplimiento de su promesa, el rey se la dio y hubo en Córdoba con este motivo grandes alegrías. Al fin del año ciento y setenta congregó el rey Abderramán en Córdoba a los walíes de las seis capitanías de España (Toledo, Mérida, Zaragoza, Valencia, Granada y Murcia), y doce gobernadores de las ciudades principales, y los veinte y cuatro wazires de estos, y cuando los tuvo congregados en su alcázar en presencia de su hagib, del cadi de los cadíes, de sus alcatifes secretarios y consejeros de estado, declaró a su hijo Hixem por su wali Alahdi, o futuro sucesor del reino. "



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