Creció espesa la yerba (fragmento)Carmen Conde
Creció espesa la yerba (fragmento)

"En el sueño todo es más fluido, menos concreto; sobrevienen episodios no vividos y afloran vivencias depuradas, aéreas. En un espejo inmenso, tal un lago desierto, Laura busca su rostro sin encontrárselo. Ello le produce angustia y desasosiego. Se sabe ella y no consigue enfrentarse con sus ojos ni con su boca ni con su frente... Alguien grita desde lejos un nombre que tampoco logra descifrar y, sin embargo, conoce ese nombre, sabe que es suyo aunque no lo perciba con claridad.
En determinado punto todo su pasado se vuelca a ese espejo en el que no halló su imagen. Sobresaltada, y hasta consciente como si estuviera despierta, reconoce la no corta trayectoria de su existencia... En el fondo del bosque fluctúa una joven indecisa cuyos brazos se tienden hacia... ¿quién?... Tampoco la evidencia, tampoco la precisión. Laura vive y la que duerme está soñando.
Le gustaría arrancarse del trémulo vaivén del sueño oscuro que agujerea imágenes que son ella aunque ella no se consiga ver, comprobar que es. Una reversión incomprensible la hace ella y la hace otra a la cual se afana en reconocer, en reincorporarse... Gime, alarga las manos para agarrarse al brocal del pozo en que se sabe inmersa.
[...]
La carretera fluye y refluye quietamente, como si no se la pisara. Madrid, a dos horas de buen correr. Se pasan volando y la ciudad abre sus anchos brazos reconciliantes. Más se tarda en atravesar la ciudad que en hacer el último tramo del viaje. La calle, próxima a la ciudad universitaria. El garaje, las maletas con su inútil contenido. Todo sobró. Apenas se vistió la dueña como no fuera de lo somero para la playa. Y no leyó tanta grata lectura escogida para aquella estancia.
La espera lo que tanto tardó en conocer: la soledad. Laura vive sola y no lo rechaza. A todo hay que aprender. A estar solo es lo menos fácil, pero se aprende también. Mira su mundo doméstico y no puede remediar pensar que María habría estado bien aquí. Fuera, insidiosos recuerdos sin contenido. ¡Fuera, lo que no cabe en la soledad! "



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