Hotel World (fragmento)Ali Smith
Hotel World (fragmento)

"Lise había coincidido parcialmente en uno de los turnos de la chica muerta. La chica muerta tenía el pelo oscuro, pero era un sábado de mucho trabajo, y siempre había personal nuevo yendo y viniendo, siempre había camareras nuevas, hay mucho movimiento de camareras. (Mucho movimiento: una frase cargada de potencial chistoso.) Los familiares de Sara Wilby se habían puesto en la puerta de la iglesia. Toda la gente que trabajaba en el Global desfiló por delante de ellos, primero los jefes luego los mandos intermedios luego el personal administrativo luego el de Recepción luego el de Seguridad luego el de Mantenimiento luego el de Cocina luego el de Limpieza, y les dieron la mano. Hacía un par de semanas que Lise había caído en la cuenta de que era de aquello de lo que conocía a la chica, la chica que había estado sentándose fuera, al otro lado de la calle. Lise la había visto en la puerta de la iglesia cuando todos ellos pasaron con sus uniformes del hotel. A Lise le parece que le dio la mano a esa chica.
Esa noche Lise salió del hotel para hablar con ella. Iba a preguntarle (pero la chica salió corriendo) si había algo que ella pudiera hacer, si quería alguna cosa, dinero, café, comida o algo, si le gustaría entrar y calentarse en el hotel, si Lise podía hacer algo por ella o ayudarla de alguna manera. ¿Puedo hacer algo por ti? ¿Puedo ayudarte de alguna manera? Lise tenía las palabras preparadas.
Lise sabe que ella (Lise) debió de conocer a Sara Wilby. Estuvo en el mismo turno durante la primera de las dos noches que Sara Wilby trabajó en el Global. Seguro que pasó parte de esa noche con Sara Wilby, debió de hablar con ella, debió de intercambiar cuando menos unas miradas, si no palabras. Pero, aunque lo ha intentado, no se acuerda de nada. Ni siquiera recuerda el aspecto que tenía Sara Wilby aquella noche, dos antes de morir. Es mucho más fácil describirla por las fotografías de los periódicos y la televisión que tratar de recordarla. Las fotografías de los periódicos y la televisión parecen haber borrado aún mejor a la auténtica Sara Wilby de la memoria de Lise.
Es por eso, exactamente por ese vacío de su memoria donde no hay casi ninguna cara, casi ningún cuerpo, nada excepto el contorno prácticamente desvanecido de una persona no conocida —y también porque es una buena persona, y por si acaso hay algo que ella pueda hacer—, por lo que Lise está mirando fuera, por lo que acaba de comprobar una vez más si está la chica que ha estado pasando las tardes sentada en los escalones de la tienda de moquetas que hay enfrente del hotel. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com