El delincuente por culpa del honor perdido (fragmento)Friedrich von Schiller
El delincuente por culpa del honor perdido (fragmento)

"Lo primero que hice fue continuar con la caza furtiva. La caza se había ido convirtiendo para mí poco a poco en una pasión, y además tenía que vivir. Pero aquello no fue lo único; sentía el gusanillo de burlarme del edicto real y perjudicar a mi señor con todas mis fuerzas. Ser atrapado ya no me preocupaba, pues ahora tenía preparada una bala para el que me descubriera, y yo sabía que mi disparo no iba a fallar su blanco. Acabé con todas las piezas con que me topé, sólo unas pocas las convertía en dinero en la frontera, la mayoría las dejaba pudrirse. Vivía miserablemente, sólo para cubrir los gastos en plomo y pólvora. Los estragos que hacía en la caza mayor se hicieron públicos, pero las sospechas no recaían sobre mí. Mi apariencia las borraba. Mi nombre estaba olvidado.
Llevé aquel tipo de vida varios meses. Una mañana acababa de recorrer el bosque como era mi costumbre siguiendo el rastro de un ciervo. En vano me había fatigado durante dos horas y ya comenzaba a dar por perdida mi presa, cuando de repente la descubrí al alcance de un tiro. Me dispongo a apuntar y a apretar el gatillo, pero, de repente, me asusta la visión de un sombrero en la tierra, a pocos pasos de mí. Inspecciono un poco más y reconozco al montero Robert, que, tras el ancho tronco de un roble, está apuntando justo a la misma pieza que yo me había determinado a disparar. Un frío mortal recorre todos mis huesos ante esa visión. Justo aquél era el hombre al que yo odiaba con mayor rencor de entre todos los seres vivos, y aquel hombre estaba al alcance del poder de mi bala. En ese momento me pareció como si todo el mundo estuviera contenido en el disparo de mi escopeta, y el odio de toda mi vida se acumulara en la punta del único dedo con el que podía hacer aquel movimiento mortal. "



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