La flauta mágica (fragmento)Emanuel Schikaneder
La flauta mágica (fragmento)

"SARASTRO. ¡Oh vosotros, servidores iniciados de los dioses Osiris e Isis! Con pureza de alma os digo que nuestra reunión es una de las más importantes de nuestra época: Tamino, hijo de rey, está en la puerta norte del templo, quiere arrancarse su velo nocturno y entrar en el santuario de la luz. Hoy nuestro deber es velar por ese virtuoso y ofrecerle amistosamente la mano.
PRIMER SACERDOTE. ¿Es virtuoso?
SARASTRO. ¡Virtuoso!
SEGUNDO SACERDOTE. ¿Y también discreto?
SARASTRO. ¡Discreto!
TERCER SACERDOTE. ¿Practica las buenas obras?
SARASTRO. ¡Las buenas obras! Si lo tenéis por digno, seguid mi ejemplo... Sarastro os da las gracias en nombre de la humanidad. Pamina, muchacha dulce y virtuosa, ha sido destinada por los dioses a ese joven. Tal es la razón por la que se la quité a su madre. Esa mujer se figura ser muy grande, abriga la esperanza de trastornar al pueblo con engaños y supersticiones y de destruir el sólido edificio de nuestro templo. ¡Pero no lo conseguirá! Tamino lo consolidará, con nosotros.
PRIMER SACERDOTE. Gran Sarastro, ¿soportará Tamino las duras pruebas que le aguardan? No lo olvides: es un príncipe.
SARASTRO. ¡Más todavía! ¡Es un hombre!
SEGUNDO SACERDOTE. Reconocemos y veneramos...
TERCER SACERDOTE. ... tu sabiduría.
SARASTRO. Que lleven a Tamino y a su compañero al atrio del templo. (Al Orador, que se arrodilla ante él) Y tú, cumple tu sagrado ministerio: ¡enséñale a reconocer el poder de los dioses! "



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