Nostalgia (fragmento)Mircea Cartarescu
Nostalgia (fragmento)

"Escribir, por fin, que tras la separación de Gina, tras esa escena horrible del Jardín del Icono, no volvimos a hablar en tres semanas, puede que incluso en un mes entero. Fue para mí una época negra de la que ni siquiera sé hoy cómo salí. No podía leer ni estudiar, precisamente entonces, cuando se acercaba la reválida de bachillerato y, más aún, el examen de ingreso en la facultad. Había perdido el norte, no sabía qué hacer para sobrevivir. Ya no soportaba pasear solo por las calles de la ciudad, como solía hacer antiguamente para remediar mi soledad; tampoco me gustaba ya jugar al ping-pong o sentarme a ver películas. Unos cuantos compañeros más cercanos (pues aquí ya no hablamos de amistad) percibieron mi llamada de ayuda y se esforzaron por sacarme de aquella erotopatía. Ella se iba volviendo más y más opaca ante mis ojos, como si, indescifrable, se revistiera de una coraza de nácar. Ya no me hacía el menor caso en clase. Tras las primeras semanas del tercer trimestre, me cambié de pupitre y ella no mostró ninguna reacción en absoluto. Estaba muy cambiada, como si hubiera madurado de repente unos cuantos años. Su actitud había adquirido una especie de orgullo desafiante. Mostraba, ahora que ya no titubeaba, que, por fin, sabía lo que quería, que era madura y fuerte. Ya no se hacía la melindrosa cuando hablaba con sus compañeras sino que, en todo lo que decía, mostraba una cierta suficiencia enunciativa —una señal de la experiencia, según su propia opinión—. Era una mujer, no tenía tiempo de hacerse preguntas, de meditar, ella ya sabía. Debido a ese «estilo elevado» que se había arrogado, es probable que no se fijara ya en mí, ella había dado el salto y se situaba entre los fuertes, mientras que yo seguía boqueando perplejo en el agua estancada de la adolescencia. "


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