En el nombre de la madre (fragmento)Erri de Luca
En el nombre de la madre (fragmento)

"Me gusta la usanza de nuestros hombres de pescar un versículo antiguo para explicarse el presente. Anudan el día singular a la alfombra del tiempo.
Para evitar las hileras de carros pasábamos por los campos, de modo que no escuchábamos las peleas y las blasfemias. Entre nosotros es costumbre desplazarse todos a la vez para las fiestas de guardar, que, por el contrario, son todas en la estación del buen tiempo. Por lo menos una vez al año, por lo general en Pascua, nos encaminamos hacia los santuarios. Son peregrinajes con alegría, se canta, se baila, hace buen tiempo. En cambio, este viaje invernal impuesto por los Romanos está lleno de maldiciones contra ellos. La gente se desahoga imprecando contra el cielo y la tierra, contra los gobiernos que dejan caer las carreteras en la ruina.
[...]
Es largo el camino desde Nazaret a Bet Lèhem. Dos son los caminos para ir hacia el sur. Uno sigue el valle del Jordán hasta Jericó y sube después hacia Bet Lèhem por oriente. Es más breve, pero menos seguro a causa de los bandoleros. El otro salva las alturas del Carmelo, atraviesa Samaria por la llanura que baja hasta el mar y vuelve a subir después hacia las montañas de Judea. Seguimos este. Desde una corcova del paso del Carmelo, Iosef me señaló el mar. Vi una llanura azul resplandeciente que te obligaba a entrecerrar los ojos. Aspiré con la nariz el olor de la sal, sobre la lengua era ya vianda. En la boca lo condimenté con un dátil. El niño, que se portaba bien y se dormía con el balanceo de los pasos del asno, debía de haberse despertado.
[...]
Nos encontramos con un ciego guiado por un perro. Lo acompañamos hasta la aldea adonde acudía a inscribirse para el censo. Fue una breve desviación hacia el mar. Así lo vi de cerca y me entristecí por el hombre que no podía verlo. Escuchó mi suspiro y adivinó. Me dijo que había sido pescador durante treinta años y que se sabía el mar de memoria, los movimientos que hacía. Nos describió cómo era en aquel momento, el color de heno temprano que adquiría ante el empuje del viento de tierra. Iosef y yo nos maravillamos y sonreímos con él. "



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