El abencerraje (fragmento)Antonio de Villegas
El abencerraje (fragmento)

"Yo, sin responderla, la seguí hasta que salimos de la huerta. Esta engañosa vida trajimos mucho tiempo, hasta que ya el amor, por vengarse de nosotros, nos descubrió la cautela; que como fuimos creciendo en edad, ambos acabamos de entender que no éramos hermanos. Ella no sé lo que sintió al principio de saberlo: mas yo nunca mayor contentamiento recibí, aunque después acá lo he pagado bien. En el mismo punto que fuimos certificados de esto, aquel amor limpio y sano que nos teníamos se comenzó a dañar y se convirtió en una rabiosa enfermedad, que nos durará hasta la muerte. Aquí no hubo primeros movimientos que excusar; porque al principio destos amores fue un gusto y deleite fundado sobre bien; mas después no vino el mal por principios, sino de golpe y todo junto. Ya yo tenía mi contentamiento puesto en ella, y mi alma hecha a medida de la suya. Todo lo que no veía en ella me parecía feo, excusado y sin provecho en el mundo. Todo mi pensamiento era en ella. Ya en este tiempo nuestros pasatiempos eran diferentes; ya yo la miraba con recelo de ser sentido; ya tenía envidia del sol que la tocaba. Su presencia me lastimaba la vida, y su ausencia me enflaquecía el corazón. Y de todo esto creo que no me debía nada, porque me pagaba en la misma moneda. Quiso la fortuna, envidiosa de nuestra dulce vida, quitarnos este contentamiento, en la manera que oirás.
El rey de Granada, por mejorar en cargo al alcaide de Cártama, le envió a mandar que luego dejase aquella fuerza y se fuese a Coín (que es aquel lugar frontero del vuestro), y que me dejase a mí en Cártama en poder del alcaide que a ella viniese. Sabida esta desastrada nueva por mi señora y por mí, juzgad vos (si algún tiempo fuisteis enamorado) lo que podríamos sentir. Nos juntamos en un lugar secreto a llorar nuestro apartamiento. Yo la llamaba señora mía, alma mía, sólo bien mío y otros dulces nombres que el amor me enseñaba. "



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