Il viaggio felice (fragmento), de Cavilar y contar Azorín
Il viaggio felice (fragmento), de Cavilar y contar

"Ella se llama Beatrice. Leonardo no comprende. Se detiene sorprendidísimo. No sabe qué responder. ¿De qué modo si la otra es Beatrice di Ripa Lunga puede ser ésta también Beatrice di Ripa Lunga? No se atreve a preguntar nada. De cuando en cuando, el teniente Malpresti llega hasta este ángulo en que están Leonardo y Beatrice y profiere algún dicho ingenioso. Procúrese que esta escena se represente animadamente. El ambiente ha cambiado. Del tono plácido y lógico de Goldoni hemos pasado a la farsa elegante. Hay ahora aquí un cierto matiz de irrealidad espiritual. Como por encanto, el carácter de todos los personajes se ha transformado. Todo era lógico antes y todo es un poco arbitrario ahora. Sin embargo, en esta farsa ligera es preciso no pasar de ciertos límites. En realidad, todo lo que va a acontecer puede darse en la vida. Y está todo esto también muy dentro del ambiente tradicional italiano. Algo de la Comedia del Arte se respira en el escenario.
¿De qué modo hay dos Beatrice? ¿Y qué hace Leonardo de Fiorellini? ¿Y qué está haciendo el teniente Malpresti? El rumor de las voces se apaga. Otros dos viajeros acaban de entrar en la hostería. Son un padre y una hija. La hija es verdaderamente bella. Viste un traje de seda color de violeta y se cubre con una ancha pamela blanca. Todos se levantan al ver entrar a los nuevos huéspedes. Leonardo queda otra vez pasmado. En la escena, las tres muchachas forman un grupo encantador. La primera Beatrice viste un traje de color de rosa y lleva también una pamela ancha. La gracia y la elegancia de la Italia clásica se condensan en estas tres figuras. Verde oscuro, rosa y violeta son las tres notas —las notas de los trajes de fina seda— que resaltan sobre un fondo de viva blancura. Y otra vez Leonardo se pone en campaña. "



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