Las sombras recobradas (fragmento)Gonzalo Torrente Ballester
Las sombras recobradas (fragmento)

"Para Paquita, Madrid era vida social e intrigas de palacio. Habló deliberadamente de personas ignoradas de Farruco, de hechos que Farruco no entendía, con ánimo de embarullarle y hacerle olvidar y dormir siquiera por aquella noche. Llegó a referirse a lindas muchachas de las que podría ser amigo y entre las que acaso hallaría novia: todo le resbalaba al muchacho en el corazón. Seguía llorando, pero en su mente empezaba a hacerse un poco la claridad, sus pensamientos daban vueltas a la misma idea y sus sentimientos a la misma pena, y todo se mezclaba y ardía en su interior.
No podía ser marino. Esto es lo que repetía su corazón, las palabras que escuchaba en su interior, las claras palabras ardientes. Asistía a la ruina de sí mismo, encerrada en aquellas palabras. Todo lo que durante años había imaginado se desmoronaba, y, de aquellos sueños, le quedaban en las manos, como remos inútiles de un bote zozobrado, el latín, el francés y el álgebra aprendidos. Los hubiera borrado de su memoria, lo borraría todo si pudiera; olvidaría hasta el nombre de las letras y todo lo que alrededor había ido acumulando en aquellos años porque le había parecido necesario para llevar noblemente el uniforme: las buenas palabras corteses y los buenos modales: todo lo que había amado porque le habían dicho que era conveniente, y aun necesario, a un guardia marina.
Estaba como náufrago, y los remos inútiles flotaban a su lado. No pensó que pudieran servirle, todavía, de sostén; no podía pensarlo. Permanecían a su lado – palabras latinas, verbos franceses, teoremas, modales– como cosa que ya no le pertenecía; no como robados, sino como lo que nunca había sido suyo, como no eran suyos la casa donde había vivido, ni los criados que le sirvieran, ni el padre que había esperado, ni aun los amores que le habían acogido. Nada era suyo. Y cuanto había pensado de sí mismo, cuanto había esperado, tampoco podía pensarlo ni esperarlo, porque tampoco le pertenecía. Estaba como náufrago desnudo, y le acometía la angustia del náufrago. "



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