La lira de Orfeo (fragmento)Robertson Davies
La lira de Orfeo (fragmento)

"Darcourt no había conocido en su vida nada tan esplendoroso como aquella habitación de un apartamento de Park Avenue. Era obra de un decorador excepcional, hasta el punto de haber convertido una estancia neoyorquina de tamaño modesto en un auténtico salón de gran casa europea, de palacete incluso. El revestimiento de grisalla procedía, sin duda, de un palacio, pero lo habían recortado y adaptado pieza a pieza y parecía que siempre hubiese estado allí. Los muebles eran elegantes, pero cómodos, cosa que no suelen ser en un palacio, y no faltaban algunos modernos en los que poder sentarse sin la tirantez que imponen las antigüedades valiosas. Los cuadros de las paredes no los había elegido el decorador, porque respondían a un gusto personal coherente, incluso había algunos verdaderamente feos; lo que sí había hecho el decorador era sacarles el máximo partido, tal como los había colgado. Había mesas llenas de bibelots y bijouteries, lo que los decoradores llamaban «cachivaches con clase», pero todos pertenecientes al dueño de la estancia. Sobre un bonheur du jour se exponían fotografías de color sepia en marcos decorados con escudos de armas y blasones que, evidentemente, correspondían a las personas cuya imagen iba desvaneciéndose con el paso del tiempo. Un escritorio muy bonito, pero no recargado, indicaba que era un espacio dedicado a despachar negocios. Una doncella elegantemente uniformada había acomodado allí a Darcourt anunciándole que la princesa acudiría dentro de unos minutos.
La princesa entró sin hacer el menor ruido. Era una mujer de unos cincuenta años, quizá, pero parecía mucho más joven, una auténtica belleza, aunque no en el sentido profesional: con diferencia, la mujer más elegante que había conocido Darcourt en su vida. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com