Lirio y serpiente (fragmento)Nikos Kazantzakis
Lirio y serpiente (fragmento)

"Esta mañana he bajado al jardín a respirar un rato. Las flores estaban despiertas y elevaban su olorosa plegaria al lucero del alba combadas de rocío. Un lirio solitario dormía entre las parras. De su cáliz entreabierto, vi salir poco a poco un insecto minúsculo y hermoso: abría con esfuerzo sus alas, tal vez cargadas de polen, o tal vez de placer. Había pasado la noche dentro de la flor. Lo vi volar cansino entre los árboles, embriagado de delicias. Sentía que sus ojos no veían, llenos como estaban del recuerdo y la nostalgia de la noche. Allí entre la fronda, la araña aguardaba en la tela que había tejido durante la noche. ¡Oh, cómo se revolvía el insecto entre los lazos de la muerte! La araña corrió hacia su víctima, y yo pasé bajo las ramas callado y fatigado, sin alargar la mano para salvar a aquella desgraciada víctima del amor.
Lo había olvidado por completo. Durante todo el día, ni siquiera se me pasó por la cabeza. Y cuando de noche, ya de madrugada, salí cansado de su abrazo y del beso al que me convidaban largamente sus labios, de repente, sin saber por qué, recordé el pobre insecto y vi a la araña tender por allá abajo la gran red de la muerte.
¡Oh, cuántas cosas siento que no sienten otros! Ahora a medianoche me quedo pensando. Acaba de marcharse, cansada, pero triste también porque le dije que se fuera. Cuando al tumbarme sobre ella apoyé mi frente entre sus pechos y sentí algo así como felicidad y olvido penetrar en mí y calmar mi dolor, una ira inmensa me turbó por completo. Me pareció que Alguien desde arriba había arrojado sobre mí esa masa de carne y esos ojos y esos labios rojos y la tersura de su voz para dormirme, tal como se le da a un bebé un juguete para que no llore. Y entonces algo se subleva en mi interior, algo como un desprecio y como una ironía y una ola, y siento deseos de pisotear esa migaja que me tiran cuando me estoy muriendo de hambre. No, no, busco algo más, algo diferente...
Y me arrastro hasta la ventana y veo la noche muda tenderse y rodearme. Los árboles duermen. La luna vela sobre ellos. Escucho la pausada respiración de las rosas al dormir. Inclino la cabeza cubierta de noche y en el silencio me pregunto: «¿Qué es lo que busco?».
Estoy agotado. Me sangran los pies del viaje de la vida. Las alas de mi alma han ardido en el horno de los deseos. "



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