Los tambores Bata (fragmento)Fernando Ortiz
Los tambores Bata (fragmento)

"Así se sigue, pasando los tirantes por todos los puntos de los dos cueros alternativamente de una y otra boca, hasta que quedan ambos bien sujetos; para lo cual a medida que se enlazan las correas se van atesando con las manos y al final con el auxilio de un palito que hace las veces de palanca. En el cuero chachá se hizo un agujero más que en el menú. Al llegar el último tirante al cuero chachá, después de haberse unido todos los puntos, dicho tirante se pasa por el agujero séptimo y luego se anuda pasándolo también por el segundo y sucesivos hasta el que sirvió de punto de arranque. Montado ya el cordaje de los bajantes bitensores se les da otro tirón para acentuar su tirantez y que jalen más y más los dos cueros; y, al fin, se quitan los cordelitos o alambres que mantuvieron la tensión provisional y montensora de cada cuero. Terminadas estas operaciones, que se llevan bien una jornada, el tambor se cuelga a la sombra y al aire, nunca al sol ni al calor de candela. Al día siguiente otra vez a la faena. Se comienza por jalar más los tirantes y cueros y estos quedan ya bien encabezados o encajados. Pero aun hay que completar el aparato tensor. Esos tirantes de piel están entonces tan tensos del uno al otro cuero del ilú que, si los pulsan vibran y suenan como una cuerda del contrabajo; pero aún esto no es suficiente para la tensión definitiva como se dirá.
Los bajantes, tirantes longitudinales o tína-malú del tambor, que atan cuero con cuero, están ahora separados de la cintura de la caja, una vez zafada la faja o alambre que provisionalmente los ceñía. Pasados varios días, cuatro a lo menos, cuando los tirantes ya se han secado y están algo más tensos, se procede a tejer los tirantes transversales o tinaowó, o sea hacer la cadeneta. La cadeneta consiste en enlazar unos con otros los tirantes longitudinales por medio de otras tiras de piel; análogas a las anteriores, que se colocan transversalmente, en el lado del chachá, rodeando la caja con tres o más vueltas o cadenetas a cierta distancia una de otra. La tramazón de la cadeneta tiene ciertas dificultades, pues si se olvida un punto de manera que un bajante quede más suelto, y por tanto menos tenso que otro, o estos quedan con tensiones desiguales y propensos a rajarse cuando son golpeados con insistencia. La cadeneta se va entretejiendo con los bajantes cuando estos están aún apartados de la cintura. Terminado el tejido de la cadeneta es cuando se le pone al tambor en su cintura la faja definitiva que es la que acaba de cerrar los tirantes. Esta faja del ilú consiste en unas largas correas de piel de toro, sucesivamente empatadas, que se van enrollando en muchas vueltas como en un carrete, comenzando donde termina la cadeneta y extendiéndose hasta la mitad de la distancia entre la cintura y el borde de la boca grande. "



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