Elidor (fragmento)Alan Garner
Elidor (fragmento)

"Roland se aprestó a asir el arco vigorosamente, pero cuando se disponía a tocarlo sintió un hormigueo en la punta de sus dedos y una especie de relámpago ante sus ojos. De algún modo, era como si una persiana hubiera velado la clarividente capacidad de su mente y, justo antes de sentir de nuevo que caía al vacío, vio algo, pero fue tan efímero que en realidad sólo pudo percibir la forma de su vacuidad.
[...]
Roland no pudo evitar tambalearse en pos de la puerta. Asió el mango de hierro con fuerza y tiró de él con todo el peso de su denostado cuerpo. Finalmente, la puerta se abrió y prorrumpió en una vertiginosa carrera, con la cabeza gacha, e impulsado por el eco de un estruendoso ruido. Pero ni siquiera llegó a hollar el pavimento más cercano en su huida, ya que aquellos adoquines parecían tener vida propia y moverse bajo sus pies. Se dio la vuelta y observó cómo el contorno de la vetusta iglesia ondulaba en el aire y se desvanecía. Se hallaba en ese instante a la orilla del mar, cerca de un abrupto peñasco, donde el proceloso eco se difuminaba entre los convulsos rompientes y la larga caída de las olas. "



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