Riña de gatos (fragmento)Eduardo Mendoza
Riña de gatos (fragmento)

"No seré yo quien le lleve la contraria. Y, a pesar de eso, sentimientos más fuertes que la razón me unen a él indisolublemente. Para bien o para mal, mi suerte y la suya van unidas. No tome mis palabras al pie de la letra: esta declaración no tiene efectos prácticos ni los tendrá. La fatalidad ha querido que nuestros destinos corran paralelos sin encontrarse nunca. Entrar en detalles sería penoso para mí y aburrido para usted. Por lo demás, el sentimiento no me ciega.
Me doy perfecta cuenta de que la ideología de José Antonio es inconsistente, el partido no tiene programa ni base social, y su famosa elocuencia consiste en hablar con salero sin decir nada concreto. En cuanto a los demás, Ruiz de Alda es sólo un símbolo; Raimundo Fernández Cuesta es un notario sin capacidad política, y Rafael Sánchez Mazas es un intelectual, no un hombre de acción.
Ninguno de ellos tiene la autoridad ni el sentido de la estrategia imprescindibles para dirigir un movimiento revolucionario. José Antonio posee estas cualidades, pero le repugna ejercerlas. Abandonaría si no fuera demasiado tarde: ya se ha vertido mucha sangre para dar marcha atrás. Y seguir adelante es una locura. Si por las circunstancias más peregrinas la Falange consiguiera el poder a que aspira, la suerte de José Antonio no cambiaría: en el mejor de los casos, lo utilizarían; en el peor, sus propios aliados acabarían con él.
[...]
En primer lugar, lo hago porque pronto le llegará el momento de tomar una decisión definitiva, y quiero que disponga de los elementos de juicio necesarios.
En segundo lugar, porque le aprecio y le respeto y, aunque no tengo el menor reparo en utilizarlo, como ha podido comprobar, preferiría que no me tomara por una mujer manipuladora. En dos ocasiones le he dicho que estaba dispuesta a devolverle sus favores y nunca me retracto de la palabra dada.
El taxi frenó a la puerta del palacete y Anthony se alegró de no tener que responder de inmediato al impreciso ofrecimiento. Hizo un gesto vago y ella sacó bruscamente la mano del manguito y se la tendió. "



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