Ordenando la ética (fragmento)R.M. Hare
Ordenando la ética (fragmento)

"Pero el intuicionista no ha proporcionado ningún medio para determinar cuál de las dos partes tiene una intuición equivocada. Sería obviamente caer en un círculo vicioso tratar de resolver el asunto apelando a una intuición adicional de que una de las partes tiene la intuición que merece crédito y la otra no; porque la parte que ha sido descartada podría a su vez cuestionar la validez de esta intuición adicional. Como tampoco resolveríamos nada apelando a las intuiciones de otras terceras y cuartas partes, pues sus intuiciones también podrían ser cuestionadas. En consecuencia, sigue la objeción, el intuicionismo no nos suministrará ninguna respuesta determinada para las cuestiones morales disputadas.
En respuesta a esta objeción, los intuicionistas normalmente han replicado que no todas las intuiciones (o supuestas intuiciones) merecen crédito, sino tan sólo aquéllas de la «gente con formación y reflexiva» (W.D. Ross 1930: 41). Deberíamos seguir preferentemente las intuiciones de esta gente antes de las de aquella gente que no tiene formación. Recordemos, sin embargo, lo que dije antes sobre la relación entre las intuiciones y la educación moral. Es bien cierto que las intuiciones de las personas (es decir, sus convicciones morales) serán distintas en función del modo en que hayan sido educadas. ¿Pero qué estamos afirmando cuando afirmamos que tan sólo merecen crédito las intuiciones de las personas con formación? Dije que es probable que hagamos que nuestras propias opiniones o percepciones morales se ajusten a las de aquella gente que respetamos, y que esto era especialmente claro en el caso de la educación moral de los niños, que, suponemos, empiezan sin ninguna opinión moral determinada. Si esto es cierto y el intuicionista afirma que deberíamos respetar tan sólo las intuiciones morales de la gente con formación, entonces aparece otra obvia circularidad en su argumento. Porque ¿a quién vamos a considerar como una persona con formación? Supongamos, como bien puede suceder en una disputa sobre el comer carne, por ejemplo, que ambas partes sostienen indignadas que las personas con formación son ellos. ¿De qué modo vamos a resolver la disputa? Está claro que no podremos hacerlo apelando a intuiciones adicionales acerca de lo que es una buena formación. "



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