El apagón (fragmento)Connie Willis
El apagón (fragmento)

"No, no tenía por qué. No podía ir al portal, pero no tenía por qué pasar necesariamente toda la noche allí. Podía tomar el metro hasta una de las estaciones más profundas y observar a sus ocupantes. Balham sería la más interesante, pero si iba allí al señor Dunworthy le daría un ataque, aunque no la hubieran alcanzado hasta el catorce de octubre. Para ir a Leicester Square tendría que hacer transbordo. Necesitaba poder volver a Notting Hill Gate por la mañana para arreglarse antes de ir al trabajo y, si sonaba el cese de alarma lo bastante temprano, ir al portal y a Oxford a recoger la falda antes de empezar la jornada. Eso implicaba que debía ir a una estación de Central Line. A Holborn.
Con sus túneles a cuarenta y ocho metros de profundidad, Holborn había sido una de las primeras estaciones que los contemporáneos usaron cuando empezó el Blitz. El Gobierno no había planeado usarlas como refugio, porque le preocupaban aspectos como la higiene y la propagación de enfermedades infecciosas. Pero la gente había desoído las indicaciones: «Quédese en casa: construya un refugio Anderson.» No había habido manera de obligar a la población a obedecer la orden, sobre todo porque corrían rumores acerca de personas que habían muerto en refugios Anderson y en otros refugios de superficie. Y porque todo lo que uno tenía que hacer era comprar un billete e irse a Holborn.
Eso era por lo visto lo que todo Londres había hecho esa noche. Polly apenas pudo apearse del tren de tanta gente como había en el andén, sentada sobre mantas. Se abrió paso con cuidado, intentando no pisar a nadie, y salió al túnel, que estaba más o menos igual: repleto de una sólida masa de gente, mantas y cestas de comida. Una mujer hervía agua para el té en un hornillo Primus y otra ponía platos y cubiertos de plata sobre un mantel extendido en el suelo. Aquello le recordó a Polly que no había cenado. Le preguntó a la mujer dónde estaba la cantina. "



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