El triunfo del artista (fragmento)Tzvetan Todorov
El triunfo del artista (fragmento)

"En cuanto a las primeras, decide someterse totalmente a las demandas de las autoridades. Firma las cartas colectivas que le presentan, publica en la prensa artículos cuyo contenido le sugieren otros y lee en reuniones oficiales discursos que no ha escrito. Acepta incluso compromisos duraderos: en 1947 se convierte en diputado del Sóviet Supremo; en 1960 lo eligen secretario de la Unión de Compositores, y a partir de 1961 será miembro del partido comunista. Además no tiene problemas en poner a sus obras títulos conformistas: El año 1917, Poema de la patria, El sol brilla en nuestra patria, ni en escribir un Juramento al comisario del pueblo para coro y orquesta, o una Marcha de la milicia soviética… Es una forma extrema de ventriloquia: dice palabras de las que no es el autor.
Hay que decir que lleva ya mucho tiempo practicando otra forma de ventriloquia: en las conversaciones, o en sus cartas a amigos, como Sollertinski, suele decir frases no en nombre propio, sino como citas de otros autores, por ejemplo frases irónicas de Gógol, al que parece saberse de memoria. Otras veces se trata de clichés omnipresentes, tan banales que no pueden tomarse al pie de la letra. Escribe a su amigo: «Leo mucho. Sin la menor duda, leer libros nos alimenta infinitamente la mente y el corazón», y no necesita aclarar a su amigo que la frase no expresa su opinión, sino que es una cita de la ópera Eugenio Oneguin. Y en otra carta escribe: «Ayer tuve la inmensa suerte de asistir a la sesión de clausura del congreso de los estajanovistas [...] Me cautivó el discurso de Voroshílov, pero después de haber escuchado a Stalin perdí totalmente el sentido de la medida, grité “¡Hurra!” con toda la sala y aplaudí sin descanso [...] Evidentemente, fue el día más hermoso de mi vida: vi y escuché a Stalin».106 Tras la ruptura que introdujo en su vida «Un galimatías en lugar de música», parece haber ampliado el uso de este procedimiento verbal, que Gógol había utilizado ampliamente, a todos sus intercambios públicos.
Por el contrario, evita al máximo los compromisos en el ámbito de la música. Aparte de algunos encargos puntuales, sigue creando su obra como le parece, y la música que compone es programática y tiene un significado determinado, aunque ninguna palabra lo indique. A veces, para orientar la interpretación del público, introduce en su obra citas musicales sacadas de otras obras cuyo significado puede identificarse con total certeza. Otras veces lo indica mediante una palabra ambigua, de modo que cuando menciona a las «víctimas del fascismo», también podemos incluir en este grupo a las víctimas del estalinismo. Ha dejado también comentarios más explícitos, como por ejemplo para su Cuarteto número 8, mucho más tardío (1960): «Un cuarteto ideológicamente condenable [que] he decidido escribir a mi memoria [...] He utilizado los temas de mis diferentes composiciones y el canto revolucionario Víctimas de la terrible prisión [...] Incluyo un canto ruso en memoria de las víctimas de la revolución».
La estrategia que adopta Shostakóvich resulta ser la correcta: en 1941 recibe un premio Stalin de primera clase, que indica que lo han perdonado y lo han devuelto a su lugar, y que indica también que la música no puede controlarse tanto como la literatura y el cine. Aunque eso no impide que puedan volver a atacar a Shostakóvich en 1948 o más tarde. Por otra parte, lo que sacrifica no es poco: su identidad de persona pública. Por cuestiones de utilidad, para sus contemporáneos soviéticos se comporta como un fiel servidor del régimen, que hace todo lo que está en su poder para reforzarlo y ensalzarlo. La población de su país no sabe que piensa lo contrario de lo que dice. No podemos afirmar que el verdadero Shostakóvich condena el régimen, y que el que se pone a su servicio es falso. Se trata de dos papeles que representa alternativamente, para públicos diferentes, y que intenta mantener lo más separados posible, hasta la esquizofrenia. "



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