La Tierra (fragmento)Emile Zola
La Tierra (fragmento)

"Aquel muchacho que se expresaba con tanta frialdad, aquel consejo tan prudente, tuvieron la virtud de calmar a Jesucristo. Volvió a tumbarse en su silla, asegurando que, en definitiva, le tenía todo sin cuidado. Y empezó otra vez sus consabidas bromas: dio un abrazo a la Bécu, cuyo marido dormía con la cabeza apoyada sobre la mesa, borracho perdido; y acabó de tragarse el ponche, bebiéndose lo que quedaba en la ensaladera. Volvieron a oírse risas por todas partes, en medio de la espesa y humeante atmósfera de la sala.
El baile continuaba en el fondo de la granja; Clou seguía dando resoplidos de acompañamiento con su trombón, cuyo tronar ahogaba más que nunca el débil cántico del violín. El sudor resbalaba por los cuerpos, sumando su acritud al pestilente olor que se desprendía de las mechas de las lámparas. No se distinguía otra cosa que el lazo rojo de la Trouille, que no hacía más que dar vueltas en brazos de Nénesse y de Delphin, guardando siempre entre ellos el correspondiente turno. También Berthe se hallaba allí todavía, fiel a su galán, sin bailar con nadie más que con él. En un rincón, unos jóvenes cuya invitación había rechazado ella, no paraban de bromear: ¡Toma! Si a ese necio no le preocupaban las interioridades, hacía muy bien ella mimándole, puesto que, a pesar del dinero que tenía la joven, conocían a muchos que no se casarían sin antes cerciorarse bien de lo que ocurría.
[...]
Caminando lentamente, regresó solo. Pero su corazón estaba pesaroso, sus pies se movían dificultosamente en medio de continuos tropiezos sobre la oscura carretera, y una tristeza espantosa le hacía tambalearse lo mismo que un borracho. Ya no tenía tierras, y, muy pronto, ni siquiera casa. Le parecía como si estuvieran serrando las viejas vigas, y que iban arrancando las pizarrosas tejas por encima de su cabeza. Tenía la impresión de que incluso le faltaba un hueco donde hallar cobijo, de que erraba por los campos como un mendigo, noche y día, continuamente; y, cuando lloviese, la fría lluvia, una lluvia inacabable, caería sobre él. "



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