Festín de serpientes (fragmento)Harry Crews
Festín de serpientes (fragmento)

"Duffy Deeter descendió los peldaños de la Winnebago con un banco metálico de musculación bajo el brazo. Salió y dejó el banco al sol. Volvió a entrar en la autocaravana y sacó una barra Olympic que colocó sobre los bastidores del banco. Joe Lon y Willard le observaron con indiferencia, sin interrumpir su conversación sobre serpientes, coños y violencia.
Duffy Deeter no volvió a salir al momento de la Winnebago. En su lugar, salieron volando dos discos de dos kilos y medio que aterrizaron en el suelo, junto al banco. Luego dos de cinco. Acto seguido, todo un juego de doce y medio. Y cuando el segundo juego de veinticinco kilos tomó tierra, Willard y Joe Lon se ajustaron las pelotas, escupieron y se miraron con el ceño fruncido.
Duffy Deeter salió tan campante de la Winnebago con unos shorts elásticos de entrenamiento que se aferraban a sus glúteos y a sus muslos, abultados y duros como piedras, como si se tratara de una segunda piel. Nada más. Antes, cuando sacó la barra, llevaba unos pantalones y una sudadera ligera de algodón que le hacían parecer lo que era: un tipo de no más de metro setenta y alrededor de setenta kilos. Era como si hubiese dicho ¡SHAZAM! dentro de la Winnebago y se hubiese producido una explosión en su cuerpecillo, porque ahora se veía ensartado y acordonado de músculos increíbles.
Era obvio que había estado calentando dentro de la autocaravana. El sudor brillaba como aceite en su piel. Cargó la barra rápidamente. Al otro lado del corredor polvoriento, Joe Lon y Willard le observaban. Duffy Deeter inspeccionó la barra, la miró como si creyese que podía atacarle. Tomó aire en cuatro breves y hondas inspiraciones, haciendo que su caja torácica se inflara como un fuelle. A la cuarta inspiración, se tumbó en el banco, alzó los brazos, sacó la barra cargada de sus soportes y ejecutó sin el menor esfuerzo diez rápidas repeticiones, luego volvió a dejar la barra en su sitio y se puso en pie de un brinco. Reparó echando chispas en Joe Lon y en Willard. Les echó una miradita retadora.
Ellos se adelantaron contoneándose desde el otro lado del camino, Willard pateando a su paso pegotes de tierra. Aquella mañana se había puesto sus Puma de correr. Se estaba acercando al récord estatal de las doscientas veinte yardas que detentaba Joe Lon y se esperaba que lo superase antes de su graduación. El único récord que ya le había arrebatado, aunque todo el mundo pensaba que se los acabaría arrebatando todos antes de que terminara la temporada, era el del número de posesiones en un solo partido. El antiguo récord de Joe Lon estaba en cuarenta y dos. Willard lo había subido a cuarenta y cinco. Menos en tres, había tenido la posesión del balón en todas las jugadas del partido. Le dijo al entrenador Tump que quería hacerse con el récord y el entrenador Tump se lo permitió. Lo logró en la primera ocasión que se le presentó y aun así los Crótalos de Mystic se hicieron con la victoria con un margen de veintiuno a cero.
Duffy estaba haciendo sus respiraciones junto al banco cuando alzó la mirada y fingió que les veía por primera vez. No se lo tomaron a mal. Ellos habrían hecho lo mismo. "



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