Estrategia Obrera y Neocapitalismo (fragmento)André Gorz
Estrategia Obrera y Neocapitalismo (fragmento)

"Mientras el Estado no controle los centros realmente motores de la economía; mientras los trabajadores organizados no puedan orientar el desarrollo de ésta hacia la satisfacción de las necesidades prioritarias; mientras, al subordinar su acción a la de los monopolios y al garantizarles ganancias sin riesgos, el Estado deje subsistir y desarrollarse el despilfarro del producto social con fines suntuarios o simplemente antieconómicos, los sindicatos tienen el derecho y al mismo tiempo el deber de rechazar categóricamente toda “disciplina de salarios” y todo “acuerdismo” económico, cuyo único efecto sería perpetuar la explotación de la fuerza de trabajo, la apropiación y el mal uso de las plusvalías por los monopolios.
La influencia de éstos, en efecto, se ejerce más o menos abiertamente sobre todas las esferas de la vida civil. Y esto no sólo por el hecho de que el sector monopolista —amo, dentro de ciertos límites, del precio de los productos que vende como de los productos y servicios que compra— se apropia de una parte importante de la plusvalía de los otros sectores (agrícola e industrial de subcontratistas, especialmente; así como del sector energético, minero y de los transportes); sino también por el hecho de que está en condiciones de imponer un modelo de producción y de consumo y de orientar los gustos de los “consumidores” hacia los productos que permiten la cuota de ganancia más elevada. De ello resultan las desigualdades y las distorsiones comunes a todas las economías de capitalismo monopolista de Estado: la “miseria pública en la opulencia privada”, para usar la expresión de Galbraith: megalópolis con gigantescos gastos de infraestructura y de funcionamiento, y decadencia que llega a la desertificación de las regiones llamadas periféricas; tugurios más televisión o (y) medio de transporte individual; analfabetismo (propiamente dicho o figurado) más radios de transistores; subequipamiento rural más autopistas; ciudades sin higiene, ni aireación, ni sol, más catedrales comerciales, etc. "



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